La delegación del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) pidió “volver a la mesa lo antes posible” y “superar los escollos que tenemos” para seguir una negociación que aún no tiene fecha de la próxima reunión.
Así lo estimó el senador Iván Cepeda, miembro de la delegación del Gobierno, en una entrevista con EFE en la que destacó que hace apenas un mes consiguieron ponerse de acuerdo y sacar adelante el primero de los seis puntos de la agenda de diálogos, con una firma inédita del primer punto sobre participación de la sociedad.
“Tuvimos un momento que hay que valorarlo mucho: Por primera vez un Gobierno llega a cerrar un punto de una agenda con el ELN que demuestra que sí se puede llegar a acuerdos con el ELN”, explicó Cepeda.
El ELN celebró recientemente su VI Congreso, el mayor espacio de consultas de esa guerrilla y en la declaración reafirmó su compromiso con la paz, pero apuntó a que el diálogo atraviesa “una grave crisis producida por incumplimientos de acuerdos por parte del Gobierno”, que hasta que no se “rectifiquen” no podrán “reanudarse las actividades de la Mesa”.
El problema en Nariño
Uno de esos incumplimientos, según el ELN, es que el Gobierno empezó un diálogo regional en Nariño (suroeste) con un grupo que antes supuestamente perteneció al ELN, los Comuneros del Sur. Esto enfadó a la guerrilla, que quiere una negociación nacional liderada por su equipo negociador y no que haya acercamientos regionales.
Desde que se produjo el primer diálogo por la paz con ese grupo en marzo pasado, la guerrilla ha rechazado celebrar un nuevo ciclo y aunque se ha firmado el primer punto, las negociaciones están estancadas y hay temas apremiantes que solucionar, como la renovación del cese al fuego bilateral que expira el 3 de agosto.
Por ello, la jefa negociadora del Gobierno, Vera Grabe, le pidió en una carta hace unas semanas al presidente Gustavo Petro que les aclare quién negocia con el ELN: si hay una negociación nacional que es la que llevan ellos; si ahora va a ser regional con el primer ejemplo en Nariño, o si van a ser procesos paralelos, que es lo que no quiere la guerrilla.
“Aquí hay un problema y es que la paz en Colombia se venía haciendo una paz nacional, simplemente de acuerdos que se hacen en una mesa, pero digamos que ha ido cobrando mucha importancia al plano territorial de la paz”, explicó el senador, y de ahí nacen “contradicciones que hay que saber resolver”.
“Si hay un proceso de paz en un territorio -continuó- y una estructura de un grupo con el que se está negociando nacionalmente, ¿cuál es la actitud asumir? Lo que hemos pedido, y así ha actuado el presidente, es deslindar claramente ambos planos y darle la prioridad a la Mesa Nacional. No puede haber una negociación paralela con una sola organización en dos niveles, eso sería esquizofrénico”, indicó.
Por eso, Cepeda afirma que la mesa nacional de diálogos es “la única instancia decisoria”, y lo que pasó en Nariño “se inscribe dentro de un diálogo social que busca que en los territorios haya transformaciones” y que se “va a acabar en el sentido de que se convierta en un proceso paralelo que atenta o riñe o debilita el proceso nacional”.
Los negociadores del Gobierno esperan superar estos escollos y hacerlo antes del 3 de agosto, cuando expira el cese al fuego bilateral más largo y exitoso que se ha tenido con el ELN.
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