Constanza Ruiz Bastén, la joven chilena que agredió al taxista venezolano Deivis Agüero en días pasados, expresó sentirse arrepentida de su actitud y aseguró estar dispuesta a “pagar lo que tenga que pagar” para resolver el conflicto.
“Me arrepiento bastante de lo que hice“, dijo Constanza al diario El Mercurio, con la mirada gacha, agregando que “hace poco le pegaron a una niña acá a la vuelta, porque pensaron que era yo (…) Me han amenazado de muerte, me han venido a buscar a mi casa“.
Aseguró que tiene mucho miedo. “Incluso en las noches despierto y pienso a veces en matarme (…) publicaron una foto de mi mamá, diciendo que la iban a buscar para golpearla. Mi mamá sufrió un ACV hace un tiempo, y si le pasa algo, yo no me lo voy a perdonar nunca“, dijo.
“Si el caballero me denunció, hay que terminar esto por los canales adecuados y resolverlo en la fiscalía como corresponde. Yo estoy dispuesta a pagar lo que tenga que pagar y quiero pedir disculpas públicas al caballero (Deivis Agüero) en persona“, aseveró la joven de 26 años, estudiante de cuarto año en la carrera Ciencias del Deporte y Actividad Física en la Universidad de las Américas.
Según indicó al medio local, llamó a Agüero para disculparse tras el incidente: “Hablé con él por teléfono y le mandé mensaje. Le pedí disculpas, le dije que igual estaba siendo amenazada y me bloqueó”.
Episodio de xenofobia
Agüero, de 56 años y quien reside en Chile desde hace cinco años, relató su experiencia en una entrevista con el portal Crónicas de Chile, realizada el 15 de noviembre desde la sede de la Policía de Investigaciones (PDI) en Santiago Centro, la cual describió como un episodio de xenofobia que puso en riesgo su vida.
El incidente ocurrió cuando Agüero, oriundo de Barquisimeto, estado Lara, tomó una solicitud de servicio a través de una aplicación. La pasajera, identificada como Conny, comenzó a insultarlo al percatarse de su nacionalidad, escalando la situación hasta la violencia física y amenazas verbales.
“Cuando esa chica me dijo que tenía un fierro, temí por mi vida”, expresó el taxista venezolano, refiriéndose al término chileno que se utiliza para armas de fuego.
El conductor explicó que, temeroso de que la mujer estuviera planeando un encuentro peligroso en el destino final de la carrera, decidió detener el vehículo frente a la sede de la PDI y pedirle que se bajara. La pasajera accedió y pagó el servicio, pero la experiencia dejó a Agüero profundamente impactado.
El taxista, preocupado por la seguridad de sus dos hijas de 19 y 28 años, presentó una denuncia penal contra la agresora, acompañado por su hijo Ronald. “Es un caballero”, comentó Ronald, quien señaló que la situación lo indignó al ver el video que captó parte del enfrentamiento.
La grabación del incidente se hizo viral, provocando un debate sobre la xenofobia en Chile y la seguridad de los inmigrantes. Agüero y su hijo, ambos con residencia permanente, enfatizaron su compromiso de cumplir con las leyes del país rigurosamente, a pesar de la difícil experiencia que vivieron.
Fuente: El Nacional
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