En el sector Hato Viejo, municipio San Francisco, el botadero de basura, «lo utilizan para asesinar». La soledad y lo retirado del lugar se presta para perpetrar crímenes, comentaron los policías
En el sector Hato Viejo, municipio San Francisco, el botadero de basura, «lo utilizan para asesinar». La soledad y lo retirado del lugar se presta para perpetrar crímenes, comentaron los policías. Quienes hurgaban ayer, a las 9.00 de la mañana, entre los escombros hallaron dos cuerpos. Álvaro Montiel, de 23 años, tenía una herida de bala en la cabeza. A un kilómetro de él yacía el cadáver de un hombre, moreno, sin zapatos ni documentos, a quien mataron a golpes.
Los funcionaros presumen que los crímenes no tienen relación. Uno de los cuerpos empezaba a descomponerse. A la víctima le desfiguraron la cabeza a golpes. El hombre de tez morena, contextura obesa, entre los 30 y 35 años, vestía un short azul, una franela blanca rodeaba sus hombros y no llevaba zapatos. Tenía una cicatriz en el abdomen, presuntamente de alguna operación en el apéndice.
Se estima que a Montiel lo asesinaron ayer en la madrugada. La sangre impregnó el poco asfalto que cubre el camino. La familia de la única casa visible en toda la zona, dijeron no haber escuchado nada. «Ni gritos ni disparos nada». La Policía científica llegó al lugar y recolectó la evidencia. Trasladaron los cadáveres a la morgue forense esperando que familiares los reclamen.
Se volvió cotidiano
El pasado 20 de mayo, reportaron dos homicidios. A las víctimas las encontraron en terrenos enmontados que colindan con La Cañada de Urdaneta y Maracaibo. Entre la basura estaba Omar Enrique Pérez Pérez, de 16 años. Boca arriba y con heridas de arma de fuego. Seis horas después un hombre sin identificar, con rasgos wayuu fue hallado por la barriada. Tenía un tiro de escopeta que le perforó la cabeza. Para ese momento la comunidad denunció que los oficiales realizan patrullaje.