El sol de Maracaibo cae de forma implacable día a día sobre las paredes del cementerio municipal San José, conocido como “El Redondo”, un óvalo silencioso en el cruce de la calle 76 con avenida Las Delicias.
Llamado así por su característica forma circular en el plano geográfico de la ciudad, el camposanto vive hoy un proceso de recuperación y renacimiento después de largos años de desidia y abandono, como constató el Diario La Verdad en una visita este martes 18 de marzo.
“El Redondo”, fundado el 19 de marzo de 1925, cumple 100 años albergando los restos de generaciones de los marabinos este miércoles.
Sus muros no solo guardan la historia de ilustres personajes de Maracaibo, sino también una cicatriz del tiempo y del abandono que poco a poco empieza a sanar.
Lejos de la imagen de desolación que da un cementerio, al entrar en el camposanto, la atmósfera es de serena calma. A primera vista, las tumbas y los osarios lucen en buen estado gracias a una amplia organización de sus cuidadores.
Al caminar por su vía de acceso, dividida en bloques, es evidente la percepción de un esfuerzo por mantener la dignidad del lugar donde reposan los restos de algún ser querido.
No obstante, basta con recorrer los diversos espacios de las más de sus 6.000 bóvedas en 3.000 metros cuadrados de terreno para poder visualizar restos de malezas y vegetación, junto a objetos olvidados y desechos, que acompañan a los hoy difuntos.
El crujir de las hojas secas resuena en cada paso con un eco en el silencio reverente que envuelve al camposanto. También, ante la soledad y el respeto que hay hacia los que no están en este plano terrenal.
Pocas tumbas profanadas evidencian el pasado y presente
Al aproximarse a las tumbas y bóvedas es común ver algunas con inscripciones desvanecidas o deterioradas por el tiempo. No obstante, si algo se percibe, es que hay algunas que aún tienen restos del pasado: Tumbas con signos de profanación, independientemente del material de construcción.
Aquí y allá, las tumbas revelan la crudeza de una realidad: restos de basuras, cajas, muñecas, decoraciones y plantas, yacen en el mismo lugar.
El olor a humedad de la lluvia de este lunes se mezcla con el olor de las plantas, creando esa atmósfera de melancolía.
Pese a esto, ante las pocas tumbas que tienen signos de profanación, los organismos municipales, principalmente del Servicio Desconcentrado de Cementerios Municipales de Maracaibo (Sedecema) luchan para reparar los daños y restaurar la paz del lugar, al igual que en otros cementerios como El Cuadrado o El Sagrado Corazón de Jesús.
El Sedecema de forma constante realiza mantenimientos, reparaciones y limpiezas de las áreas con el objetivo de devolver la dignidad a este espacio sagrado.
Lugar de entierro a históricos zulianos
Entre los restos de conocidos zulianos que están en el camposanto, se debe iniciar con el periodista e historiador, Juan Besson, cuya tumba está al ingresar a “El Redondo”.
No muy lejos reposa el músico Armando Molero, conocido como el “Cantor de Todos los Tiempos”, cuya voz inmortalizó las tradiciones musicales zulianas. También destaca el arquitecto belga León Jerome Höet, cuyos restos reposan en el osario Höet-Linares.
Höet fue el arquitecto que impulsó una de las obras más importante de Maracaibo: el Teatro Baralt.
De igual forma, se hallan dos ilustres de la medicina zuliana: el escritor, poeta, político, profesor universitario, exvicerrector de la Universidad del Zulia, Manuel Noriega Trigo, y el médico Adolfo D’ Empaire, cuyo aporte a la salud pública fue invaluable.
Finalmente, la memoria del poeta, escritor, periodista, educador, dramaturgo, biógrafo y traductor, Octavio Hernández Arria, también está presente en las tumbas de este histórico camposanto.
Un esfuerzo por recuperar la dignidad
En medio de los desafíos, el Cementerio Municipal San José persiste como un refugio y lugar de encuentro para las familias marabinas, cobrando relevancia en fechas especiales como el Día del Padre y de la Madre.
Según testimonios de trabajadores de la Alcaldía de Maracaibo, los fines de semana el camposanto recibe entre 20 y 25 personas, quienes acuden a recordar el legado y honrar la memoria de sus seres.
Se observó un mosaico de emociones: algunos familiares comparten un momento de alegría, evocando recuerdos felices con sus seres queridos.
Otros, por su parte, reflexionan entre seriedad y lágrimas el hecho de honrar a sus familiares.
Las flores eternas, en un intento de vencer al tiempo, adornan algunas tumbas para evitar la marchitez de las rosas, girasoles o tulipanes. Los visitantes susurran oraciones y comparten anécdotas, intentando mantener viva la memoria de quienes allí descansan.
Se revela así la dualidad del duelo, manifestada en las distintas formas en que el ser humano honra a sus difuntos, pero siempre, en la cercanía de los que lamentablemente, por cualquier motivo, hoy no acompañan y comparten en el núcleo familiar.
El futuro de “El Redondo”
El centenario de El Redondo se acerca, y con él, la esperanza de una recuperación total. La Alcaldía de Maracaibo prometió redoblar los esfuerzos para devolver la dignidad a este espacio sagrado. Sin embargo, el desafío es grande y la tarea, compleja.
La preservación de este patrimonio histórico y cultural es fundamental para mantener viva la memoria de quienes construyeron la ciudad, y para asegurar que las futuras generaciones puedan honrar su legado en un espacio digno y respetado.
Mientras tanto, el sol sigue cayendo sobre El Redondo, iluminando las sombras del olvido y la esperanza de un nuevo comienzo.
El cementerio, con su forma circular y su historia centenaria, sigue siendo un símbolo de Maracaibo, un lugar donde la memoria y el olvido se entrelazan en un eterno abrazo.
¿Deseas recibir esta y otras noticias en tu celular? Únete a nuestro grupo de Telegram https://t.me/diariolaverdad y WhatsApp https://bit.ly/3kaCQXh. Además, sigue nuestro perfil en Instagram @diariolaverdad y en Facebook y Twitter @laverdadweb.