Miembros del gabinete de Donald Trump se sienten frustrados y cuestionan las decisiones del enviado especial Richard Grenell, especialmente en relación con sus negociaciones con Nicolás Maduro y sus acciones respecto a los hermanos Andrew y Tristan Tate.
La principal preocupación radica en que Grenell “usa el nombre” de Trump para tomar decisiones unilaterales sin consultar a otros miembros clave del gabinete.
Un ejemplo de esto es la negociación para la liberación del veterano de las fuerzas armadas estadounidenses Joseph St. Claire.
En este contexto, Grenell propuso extender la licencia de Chevron sin informar a “funcionarios clave de la Casa Blanca y del Departamento de Estado”, como reportó este jueves 5 de junio el New York Post.
La lobbysta Caroline Wren, quien apoya a Grenell en sus relaciones públicas y trabaja en sus iniciativas relacionadas con Venezuela, confirmó que “el Departamento de Estado quedó intencionalmente en la oscuridad”, al igual que Marco Rubio.
Wren argumenta que “no es responsabilidad de Ric asegurarse de que el Estado esté al tanto”.
Sin embargo, tanto Marco Rubio como el Departamento de Estado consideran esta situación como “una total novedad”, pues respaldaron constantemente el deseo “expreso” de Trump de dejar expirar la licencia.
Además, fuentes cercanas al Buró Federal de Investigaciones (FBI) han expresado su preocupación por el acuerdo entre Maduro y Grenell, pues señalan que podría estar alentando “al régimen venezolano a ordenar al Tren de Aragua” que “secuestren a más estadounidenses para utilizarlos como moneda de cambio y así reducir las sanciones impuestas por Estados Unidos”.
Con respecto a los hermanos Andrew y Tristan Tate, quienes están vinculados a una presunta red de prostitución en Rumanía, informan que Grenell, utilizando el nombre de Trump, instó a funcionarios rumanos a levantar las restricciones de viaje impuestas a los hermanos Tate.
Esto incluyó una conversación con el ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía, Emil Hurezeanu, en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Aunque el ministro rumano ha negado haber recibido presión, la discusión sobre el caso de los Tate con Grenell fue confirmada.
Fuente: New York Post
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