La serie surcoreana que se convirtió en fenómeno global, "El juego del calamar", estrenó este viernes su esperada temporada final en Netflix, con seis episodios cargados de tensión, nuevos desafíos mortales y un cierre que, según su creador, será "demente" y probablemente definitivo.
Hwang Dong-hyuk, director y guionista de la serie, aseguró durante la presentación en Londres que esta entrega marca el fin de un viaje que ha durado seis años.
"Nunca imaginé este nivel de éxito. Es hora de decir adiós", expresó ante la prensa el pasado 13 de junio.
Sin embargo, el actor Lee Byung-hun, quien interpreta a Front Man, dejó abierta la posibilidad de un spin-off en una entrevista con Jimmy Fallon. "No estoy seguro, pero hay una posibilidad. Nunca se sabe lo que puede pasar", dijo.
La nueva temporada retoma el tono y la estructura narrativa que catapultaron a la serie al éxito mundial. El conflicto principal será entre Gi-hun (interpretado por Lee Jung-jae) y Front Man, sobre sus creencias fundamentales acerca de la humanidad. Su objetivo es plantear la pregunta de si los humanos somos capaces de construir un mundo mejor.
Lee Jung-jae también compartió su emoción por el impacto que tuvo la serie. "Nunca olvidaré las respuestas del público global. Hasta el día en que muera".
La segunda temporada ya se convirtió en la tercera más vista en la historia de Netflix, con 192,6 millones de espectadores, solo por detrás de "Miércoles" ('Wednesday') y la primera temporada de dicha serie.
Seúl se rinde a “El juego del calamar”
El centro de Seúl se transformó este sábado en el escenario real de 'El juego del calamar' con un espectacular desfile y un evento masivo que celebraron el estreno mundial de su tercera y última temporada.
El desfile comenzó con una procesión que partió de la emblemática plaza de Gwanghwamun y recorrió la gran vía Sejong hasta la Plaza del Ayuntamiento.
Bajo una noche húmeda y calurosa, multitudes de fanes presenciaron como actores disfrazados de jugadores y guardias enmascarados marchaban entre luces fluorescentes, proyectores y carros alegóricos inspirados en los escenarios más icónicos de la serie.
Versión gigante de la muñeca Young-hee
Entre los elementos más llamativos del desfile destacó una versión gigante de la brutal muñeca Young-hee, con una cabeza giratoria.
También se vieron figuras de dalgona, las formas de O y X, y recreaciones de juegos memorables, acompañados por bandas en vivo que interpretaron la música de la serie.
Pasadas las 20.30 hora local, el evento principal comenzó frente al Ayuntamiento de Seúl.
Una banda de trompetistas, también vestidos con trajes rojos, marcó el inicio del acto oficial, que incluyó una proyección sobre la fachada del edificio con imágenes de la muñeca robótica, símbolos de la serie, imágenes del Front Man y un clímax centrado en Gi-hun, el Jugador 456.
El momento más esperado llegó cuando aparecieron en el escenario, en diferentes grupos, las estrellas de las tres temporadas. La última integrada por el creador de la serie Hwang Dong-hyuk y los protagonistas Lee Jung-jae (Gi-hun) y Lee Byung-hun (Front Man) se robó los aplausos de la multitud.
"Finalmente, estoy cayendo en cuenta de que terminó la serie en este evento", confesó Lee Jung-jae, visiblemente emocionado.
"Creo que esta obra será parte de la historia. Gracias a los fanes, al director y a todo el elenco", dijo Lee Byung-hun.
Hwang, el responsable de este fenómeno global, intervino con tono nostálgico. "Pensar que ya se acabó es agridulce. Lo di todo para crear esta serie. Han pasado años desde que empezamos este trayecto. Todo se siente como un sueño".
Posteriormente, todo el elenco ser reunió para una trivia e interacción con fanes. También presenciaron un vídeo con escenas de eventos promocionales por todo el mundo en los últimos años, detrás de cámaras y apariciones internacionales en programas como The Tonight Show.
Después, Lee Jung-jae grabó un video en modo selfi con el elenco haciendo el gesto del "3" y, a sus espaldas, el público formando un triángulo con sus brazos, en homenaje al símbolo de la serie.
La sorpresa final fue un grito colectivo proyectado en pantalla "¡Un juego más!", seguido de la icónica melodía lúdica y la distribución de pelotas autografiadas por el elenco a los asistentes.
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