El papa León XIV pidió rezar este domingo para que callen las armas y que se trabaje por la paz a través del diálogo, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
"Sigamos rezando para que en todos los lugares callen las armas, se trabajen por la paz a través del diálogo", dijo el papa estadounidense ante las miles de personas que acudieron al Ángelus dominical.
Durante su mensaje dijo que su "servicio episcopal es servicio a la unidad de la Iglesia y entre las Iglesias, hermanas y hermanos, se nutre del perdón y de la confianza recíproca, que comienza por nuestras familias y nuestras comunidades. En efecto, si Jesús confía en nosotros, también nosotros podemos fiarnos los unos de los otros, en su nombre".
Y pidió que los apóstoles Pedro y Pablo, de los que hoy se celebra su festividad, junto con la Virgen María, "intercedan por nosotros, de modo que, en este mundo herido, la Iglesia sea casa y escuela de comunión".
Donaciones al Óbolo
El pontífice estadounidense también recordó que en esta festividad también se celebra el día del Óbolo de San Pedro, donde se recogen las donaciones al papa, y aseguró que este es "un signo de comunión con el papa y de participación en su ministerio apostólico",
"Agradezco de corazón a quienes con su donación apoyan mis primeros pasos como sucesor de Pedro", añadió.
El papa Francisco instituyó pocos días antes de fallecer una comisión para ayudar a incentivar las donaciones a la Iglesia,
Según las cuentas de 2024, publicadas esta semana, el Óbolo de San Pedro, los ingresos totales en 2024 ascendieron a 58 millones de euros, mientras que los gastos totales alcanzaron los 75,4 millones, con un aumento en las donaciones respecto a los 52 millones del año anterior, mientras que los gastos habían sido de 109,4 millones.
La mayor parte de las donaciones, 54,3 millones de euros, provienen de la colecta anual de las parroquias en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, de ofrendas directas y de legados testamentarios.
Pide a la Iglesia "abrirse a los cambios"
Durante la misa celebrada en la basílica de San Pedro con ocasión de la festividad de los santos Pedro y Pablo, patronos de Roma, advirtió que "es importante salir del peligro de una fe cansada y estática" e instó a "abrirse a los cambios" y "buscar nuevos caminos para la evangelización".
En su homilía, hizo un nuevo llamamiento a la unidad de la Iglesia. "Comprometámonos a hacer de nuestras diversidades un taller de unidad y comunión, de fraternidad y reconciliación para que cada uno en la Iglesia, con la propia historia personal, aprenda a caminar junto con los demás", afirmó.
También alertó que "siempre existe el riesgo de caer en la rutina, en el ritualismo, en esquemas pastorales que se repiten sin renovarse y sin captar los desafíos del presente".
Por ello, instó a que la Iglesia se deje "interrogar por los acontecimientos, los encuentros y las situaciones concretas de las comunidades, de buscar caminos nuevos para la evangelización, partiendo de los problemas y las preguntas planteadas por los hermanos y hermanas en la fe".
Y agregó que si los cristianos no quieren reducirse "a una herencia del pasado, como tantas veces nos ha advertido el papa Francisco, es importante salir del peligro de una fe cansada y estática".
Por otra parte, a los miembros de la Iglesia greco-católica ucraniana que también asistieron a la misa, el papa pidió "que el Señor le conceda la paz a su pueblo".
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