lunes, diciembre 16, 2024
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La hora de un frente nacional

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Huellas diferencias tuvieron que ver con el procedimiento que se llevó adelante para aprobar la carta magna en 1999. Hoy la experiencia de estos años nos dice que constituye un espacio para el consenso, y pivote para construir salidas democráticas a la crisis tan grave que nos afecta como país

En días recientes se produjo un hecho significativo en la dinámica política de Venezuela. Un grupo de chavistas, que se reivindican como tales y enarbolan las banderas de la izquierda, hicieron un llamado al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que se allane el camino para celebrar en este año 2016 el referendo revocatorio del mandato presidencial de Nicolás Maduro. Es un hito de primer orden en la transición que vive el país y una señal de que la letra de la Constitución Bolivariana de 1999 puede ser un punto de encuentro nacional, en este momento difícil y plagado de incertidumbre.

Rescato la idea de la vigencia de la Constitución de 1999, más allá de las diferencias que manifesté en su momento. Aquellas diferencias tuvieron que ver con el procedimiento que se llevó adelante para aprobar la carta magna en 1999. Hoy la experiencia de estos años nos dice que constituye un espacio para el consenso, y pivote para construir salidas democráticas a la crisis tan grave que nos afecta como país.

En momentos de grandes interrogantes sociales como el momento actual, cobra singular importancia le letra constitucional. No es un asunto menor. El gobierno de Nicolás Maduro viene colocándose al margen de la constitución. Por eso, junto con su responsabilidad en esta crisis, será recordado. Los magistrados que hoy intentan desdibujar la constitución de 1999, con decisiones express del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), también tendrán su espacio en el memorial de agravios.

Por más que produzcan sentencias y discursos, la sola lectura de la constitución es hoy un acto de rebeldía democrática contra un régimen que intenta perpetuarse. El gobierno de Maduro no sólo actúa en contra del deseo de cambio que hoy es generalizado, sino en contra del derecho constitucional a revocar a funcionarios electos, que fue una bandera del chavismo originario. 

Este derecho constitucional, es precisamente lo que reivindican hoy este grupo de figuras disidentes del chavismo. Para ellos se trata de volver a sus raíces, para el grueso de venezolanos se trata de lograr un cambio que se traduzca en mejores condiciones de vida para las mayorías. Para la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hoy el desafío es cómo encausar este momento de cambio en función de una salida democrática a la crisis.

El referendo revocatorio no es una propiedad exclusiva de la MUD y menos de sus dirigentes. Se ha producido en las últimas semanas un cambio significativo en materia de opinión pública. Según el más reciente estudio de Venebarómetro, cuyo trabajo de campo fue en junio, unos 11 millones de venezolanos están dispuestos a firmar para activar este mecanismo constitucional y en caso de realizarse la votación escasamente el 11 por ciento de los consultados dijo que ratificaría a Maduro.

Todas las trabas puestas por el CNE para alargar en el tiempo esta consulta, no contribuyen sino a ratificar entre los venezolanos un hecho políticamente cierto: aunque Maduro siga portando la banda presidencial de Venezuela, en la práctica ya ha sido revocado. Maduro perdería cualquier consulta electoral a la que someta en este momento y en su estrepitosa caída está arrastrando al chavismo. 

En este momento de la vida nacional la MUD debería llamar a convocar un gran frente en favor del revocatorio. Frente plural y diverso, que ayude a mantener una presencia activa, constante y significativa de venezolanos en las calles presionando por el ejercicio de este derecho constitucional. Los médicos, maestros, los trabajadores en general tienen razones de sobra para pedir un cambio. Ya es evidente que Maduro no tiene capacidad de enfrentar y revertir la grave crisis económica y social.

Es la hora del cambio, pero como lo hemos dicho hasta la saciedad, éste ocurrirá cuando el chavismo disconforme sea sumado en una alianza. No se trata de hacer una nueva MUD, sino de hacer confluir genuinamente a gremios, sindicatos, también partidos y organizaciones. A nuestro juicio es la hora del frente nacional en pro del revocatorio.

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