Muere de tristeza abuelo que abandonaron sus hijos

Hace 41 du00edas lo habu00edan abandonado sus hijos en las afueras del edificio Jabillo III. (Foto: Archivo)

Al anciano lo sentaron en una silla frente a los edificios de El Varillal y allí permaneció por horas. Roberto Ramírez, de 95 años, murió en el ancianato. Sus hijos lo lanzaron a la calle el 15 de junio. Al abuelo lo sentaron en una silla frente a los edificios de El Varillal y allí permaneció por horas

El abandono de Roberto Ramírez Machado, de 95 años, se prolongó hasta después de su muerte. Sus seis hijos no se han presentado para reclamar su cadáver y darle cristiana sepultura. Una infección respiratoria terminó, el lunes a la 10.30 de la noche, con su vida. Su cuerpo permanece en el Instituto Nacional de los Servicios Sociales (INASS). 

El abuelo falleció consciente. Los últimos 41 días se lamentó del abandono. Se deprimió y en más de una oportunidad preguntó: "¿Cómo hago para suicidarme?". Nunca superó que sus hijos lo abandonaran a su suerte en la avenida 55C de la urbanización El Varillal. En un bolsillo, los vecinos encontraron una carta: "Soy el papá de Yasmely Ramírez. 1er piso 1-B".  Los residentes de los edificios Jabillo III y IV se hicieron cargo. La mujer nunca decidió viajar con su hijo cuando los vecinos tocaron su puerta.

En el edificio Jalabillo III y IV se enteraron ayer en la mañana del deceso. Lamentaron la pérdida y que todavía nadie se hiciera cargo de los gastos fúnebres. "Su hija ya regresó de viaje, pero no se preocupó por él". Ninguno de sus descendientes se acercó a visitarlo en el ancianato.

Sin corazón

Roberto en su juventud tenía una fábrica de pinturas, llamada Pinturas Muralinas. Distribuían galones a Mérida, Caracas y sobre todo, en Barinas, de donde era oriunda su fallecida esposa. Tuvo siete hijos, el mayor murió y el resto todos son profesionales. En más de una ocasión expresó a los galenos lo sorprendido que estaba, al recibir atención de desconocidos "cambié de familia", aseguraba al recordar que sus hijos no lo trataban de esa forma.

El domingo 12, aún se desconoce quién, lo desembarcó de un carro y lo dejó en la intemperie. Los vecinos vieron que pasaban horas y nadie recogía al anciano. Una familia acogió al "Abuelo", como lo bautizó la comunidad. Hasta el miércoles 16 de junio pasó el día en el lobby del edificio Jabillo III. 

Los Bomberos de Maracaibo lo chequearon y lo trasladaron al Hospital General del Sur. De allí, lo internaron en el INASS. Yoraida Morán de Villalobos, coordinadora de la Casa del Abuelo, inició una investigación junto a un equipo de trabajadores sociales, Defensoría del Pueblo y el INASS, para esclarecer las causas que llevó a la familia del abuelo a abandonarlo. "La fundación llevará esta situación a términos legales y sanciones correspondientes”.

Nunca se supo cómo terminó judicialmente el caso. Al abuelo no lo visitaron sus hijos. Durante su estadía en el instituto, presentó un cuadro severo de depresión. Su salud decayó progresivamente y falleció.

 

 

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