La inflación arrasó a la clase media venezolana

A través de los fondos parafiscales Fonden y Bandes y a través de los manejos dolosos del control cambiario, se han estafado a la nación más 400 mil millones de dólares

La clase media venezolana ha sido uno de los orgullos de los vilipendiados 40 años de la democracia venezolana, siendo proporcionalmente la más importante en cantidad y calidad de América Latina. Cientos de miles de venezolanos se han formado en nuestras universidades nacionales e institutos tecnológicos universitarios, incluyendo ese exitoso programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho que ha permitido que otros cientos de miles de venezolanos se hayan formado en prestigiosas universidades del exterior. Los ciudadanos desde los estratos más humildes de la población han tenido acceso a las instituciones de educación superior. La masificación de la educación en todos sus niveles ha sido también un producto de la democracia venezolana. Se crearon escuelas de formación primaria y básica en todo el país, universidades e institutos de educación superior, además de las tradicionales escuelas técnicas industriales que en mala hora fueron básicamente redimensionadas en los años 70 del siglo XX, disminuyendo su estructura curricular. 

Nuestra clase media llegó a representar más del 20 por ciento de la población venezolana. Es de agregar también la población formada en el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) fundado por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. De este instituto hoy venido a menos, han egresado miles de venezolanos capacitados en el trabajo, muchos de los cuales trabajan por cuenta propia con microempresas y pequeñas empresas en diferentes áreas como electricidad, plomería, carpintería, mecánica automotriz, etc.

Las erráticas políticas económicas tratando de implantar un modelo (socialismo del siglo XXI) con desordenadas e injustas expropiaciones de miles de empresas industriales, agropecuarias y comerciales. La mayoría por ejemplo de las industrias y fincas confiscadas y expropiadas o están cerradas o están funcionando precariamente, repitiendo la historia de confundir socializar con estatizar, con un sistema de producción y distribución retrógrado como lo ha sido el comunismo en todas partes donde ha existido. Se ha destruido así una importante proporción del aparato productivo, desestimulando la inversión privada nacional y extranjera, sin la cual no es posible que haya crecimiento y desarrollo económico. Se ha ahuyentado el capital privado con más de tres mil empresas que han cerrado sus puertas, aumentando el desempleo a cerca de un 20 por ciento, no es la mentira del INE que viene manipulando groseramente la tasa de desempleo y el índice de pobreza, disminuyendo de esta manera el poder de compra de las familias venezolanas. El INE es tan descarado que una economía formal con decrecimiento continuado, particularmente en los últimos tres años desde 2014, el desempleo formal viene bajando, de paso agregan que el desempleo informal ha bajado. 

La disminución de la producción nacional de bienes y servicios ha venido aumentando la necesidad de más importaciones de alimentos, medicinas, materia prima, maquinarias, equipos, autopartes, etc. Hoy Venezuela no cuenta con reservas internacionales (el único país petrolero del mundo que no las tiene) para atender sus importaciones y el pago de capital y servicio de la deuda externa. Aquí cabe recordar que la modificación de la Ley del BCV en el año 2005, legalizó la estafa de las reservas internacionales a la República que es la única propietaria de esos activos o divisas y no el Gobierno de turno. A través de los fondos parafiscales Fonden y Bandes y a través de los manejos dolosos del control cambiario, se han estafado a la nación más de 400 mil millones de dólares, que muy bien pudiera ser el nivel de reservas internacionales de hoy en nuestro país petrolero, no existieran las penurias de hoy para la adquisición de alimentos y medicinas.

Entre la disminución de la producción nacional, con el consiguiente incremento de las importaciones que no se pueden cubrir en alta proporción, se ha generado una escasez jamás vista en nuestro país. Tenemos una alta escasez con una elevada inflación que es la más alta del mundo, causados ambos indicadores por la ineptitud, la corrupción y la insistencia en un modelo inviable para el crecimiento y un desarrollo económico sostenible. El rentismo, populismo y estatismo de un régimen autocrático, represivo y corrupto arrasó con la clase media. Para muestra un botón, los profesores universitarios, formamos parte de la clase media hasta que se formó en los 40 años anteriores a 1999. Hoy un profesor titular a dedicación exclusiva (las categorías inferiores están peor) devenga un salario que apenas cubre la sexta parte de la cesta básica, un sueldo de 50 mil bolívares mensual contra una cesta básica que ya supera los 300 mil bolívares mensual. En otras palabras, la clase media, incluyendo los profesores universitarios han sido aventados al segmento D de la población, es decir, pobreza general.

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