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A punta de cañón y bajo amenaza de muerte, a los conductores de camionetas Silverado, 4Runner, Fortuner, o carros Mitsubishi, Corolla, Fusion y Mazda, los despojan de sus vehículos en los comercios de Maracaibo. Para retrasar las denuncias, los atracadores raptan a sus víctimas entre 30 y 60 minutos. La Policía vincula los robos a una banda de San Francisco y a otra del municipio Jesús Enrique Lossada. Sus líderes los comandan desde el extranjero.
Entre cinco y 15 denuncias diarias se reciben en las comandancias de la Policía científica en el estado. Aunque los oficiales aclaran que no todas las víctimas reportan los asaltos y prefieren negociar con los delincuentes. Según las estadísticas policiales, lunes, jueves, viernes y sábados, repunta el delito. Los conductores de las parroquias Olegario Villalobos y Chiquinquirá son los más vulnerables. El robo y hurto de carros se duplica.
La Policía señala a la banda del “Chamut” y otra de San Francisco de liderar el delito en la región. Iniciaron en las troncales con el asalto a camioneros y se extendieron hacia la capital. Sus secuaces ahora rondan peluquerías, licorerías, supermercados, restaurantes y otros establecimientos comerciales marabinos. Dominan en Jesús Enrique Lossada, San Francisco, Rosario de Perijá, La Cañada de Urdaneta y Machiques.
El “Chamut” se esconde en Colombia. Desde allí sirve de puente para la comercialización de vehículos robados en la ciudad, recibe un porcentaje del dinero. “Antoni Propiedad” es su mano derecha y el encargado de llevarle parte del botín de las extorsiones en dólares. Entre sus aliados se mencionan el “Pancho” y “Chichito Mata Caballo”, el “Bebé” y el “Guajiro”, aseguró el oficial.
Modus operandi
Desde un carro pequeño o parados a un lado de la calle, los delincuentes vigilan a sus víctimas, la siguen cuidadosamente y la “entrompan” o someten al asegurarse que está indefensa. Las cámaras de seguridad de los comercios han captado los últimos asaltos. Se ve cómo dos robacarros, con armas en sus manos, someten a los conductores, los montan en la parte de atrás del vehículo y huyen.
Los maleantes no se deshacen de la víctima hasta abandonar la periferia de Maracaibo. Al dueño o conductor del vehículo lo abandonan en una zona enmontada. Al cabo de unas horas, lo llaman para pedir el rescate millonario, que oscila entre dos y 10 millones de bolívares, depende del modelo y del año. Los propietarios que no cancelen la suma, corren el riesgo de que su vehículo lo desvalijen y vendan las piezas.
Otra modalidad a la que han recurrido las bandas es al hurto de automóviles en los estacionamientos. Con un destornillador de paleta abren la puerta de los Mitsubishi Lancer, Galant y otros modelos. Los que hurtan Eco Sport, Fusion o Focus utilizan un cable que penetran en el cilindro y hacen un corto circuito, levantando el seguro de las puertas, se los llevan sin herir ni amenazar a sus propietarios, acotó un policía.
Hacia afuera
El mercado colombiano o los deshuesaderos de carros son los últimos destinos de los carros. Cuando roban vehículos Toyota, por lo general no piden rescate. “Los pasan a Colombia, donde los venden por ocho o 10 mil dólares”, comentó un policía.
Las camionetas zulianas se cotizan a buen precio en la frontera. “Pasan sin problemas y las legalizan del otro lado con mucha facilidad”. Si la banda no logra un acuerdo con los dueños en dos o máximo cinco horas, el vehículo se negocia en pesos o en dólares, a veces hasta por menos de la mitad de su valor real.
Regional
Durante agosto, la Policía científica atendió 290 denuncias de vehículos robados, en seis municipios de Zulia, de los cuales unos 200 se reportaron en Maracaibo, al menos 60 son motocicletas. Solo 71 se recuperaron en el mes.