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El cuarto piso de Oncología de la torre pediátrica del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM) es el recinto donde nueve niños esperan por recuperación. Sus madres se declararon preocupadas ante la agudizada falla de implementos médicos para el tratamiento, antibióticos, agua potable y hasta de los alimentos.
Yakeline Valbuena, madre de una niña de nueve años, explicó que están “hasta el cuello” ya que se suman a diarios los problemas para evitar que sus hijos tengan recaída en su tratamiento. Relató que desde hace una semana solo les dan un vaso de leche sin azúcar para el desayuno y la cena.
Para el almuerzo tienen que valerse de los vendedores de las adyacencias para conseguir jugos o panes preparados. “Los médicos nos dicen que es malo darles, eso pero no lo podemos dejar sufriendo por el hambre”.
Indicó que los aires acondicionados dejaron de funcionar de nuevo hace dos semanas, aunque tres meses atrás la dirección los “emparapetó”. Los niños lloran por el calor y deben traer sus propios ventiladores. Además ellas mismas empezaron a sufrir brotes rojos en la piel producto de la mala climatización.
Danyely Vega, madre de un niño de cuatro años, señaló que los gastos son muchos. Los infantes deben ser sometidos a ciclos de quimioterapias cada 21 días y para ello deben comprar hasta 50 mil bolívares soluciones fisiológicas.
Sin contar medicinas, inyectadoras, pañales y demás insumos para el procedimiento, donde los gastos pueden llegar a los 100 mil bolívares. “Los médicos están con las manos en la cabeza y nos piden conseguir las cosas porque si no, no pueden hacer nada. Algunas fundaciones no ayudan pero ya estamos desesperadas”.
Sin efecto
Las manifestaciones por las deficiencias del servicio son frecuentes en el área de Oncología del centro asistencial desde que inició el 2016. El 24 de mayo los médicos residentes de pediatría dejaron de lado el miedo y expusieron los problemas piso por piso del área de atención de infantes.
El 28 de mayo un grupo de madres se hizo presente en las puertas de la emergencia juntos con sus hijos. El 6 de junio llamaron a los medios de comunicación y exigieron a la dirección la llegada de soluciones fisiológicas con urgencia para que los menores recibieran sus quimioterapias.
El 17 de junio se pronunciaron nuevamente para manifestar su preocupación públicamente ya que se habían suspendido las quimios. Esto porque las enfermeras del piso se negaron a aplicar los tratamientos sin batas, tapabocas y guantes. Tenían semanas esperando los insumos. En todos los casos Samuel Viloria, director del HUM, acudía al llamado y prometía soluciones prontas a los planteamientos de cada ocasión.
Las madres esperan que los problemas se resuelvan de forma permanente ya que los niños sufren las consecuencias a diario.
Génova Morales, madre de niña de cinco años con cáncer. “Yo quiero que mi hija se cure, por eso tenemos que hacer todo lo posible y al mismo tiempo eso es lo que tiene a uno amarrado al hospital”.
Esta es la cuarta vez en los últimos cuatro meses que las madres piden soluciones a la dirección del HUM.