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Al “Cagón”, al “Cáscara”, a los “Viatas” y al «Valenciano» no les tiembla el pulso para acribillar a sus enemigos. La meta, mover a sus secuaces desde Santa Isabel, en Trujillo, hasta las zonas rurales de Baralt, en la Costa Oriental del Lago.
Las bandas se establecieron en los asentamientos campesinos e instalaron sus centros de operaciones en las trochas. Sus integrantes son, en su mayoría, menores de edad de escasos recursos económicos. Cada organización criminal cuenta con un reclutador, quien se encarga de buscar miembros en los estados Zulia y Trujillo e incluso fuera del país. Los usan para crear microbandas y reemplazar a quienes matan en confrontaciones con la Policía o en la guerra con sus rivales, detalló un funcionario.
Los delincuentes se dedican al cobro de vacunas, sicariato, robo y hurto de vehículos. Atacan principalmente a los pequeños y grandes productores agropecuarios, camaroneros, pesqueros, agrícolas y comerciantes de medianos y pequeños establecimientos, incluyendo al perrocalentero, este último fenómeno ataca frecuentemente a los pobladores de La Ceiba, El Guaimaral, Santa Isabel y sus alrededores.
Los militares asocian su modus operandi con prácticas paramilitares. Se desplazan por el peaje El Encanto, El Tigre y El Batatal y generalmente no usan carreteras principales, solo las zonas enmontadas.
Sus estructuras
El “Cagón” y el “Cáscara” cuentan con unos 70 cómplices, mientras que el «Tito» tiene 30 y los «Viatas» entre 20 y 25. La banda del «Barrigón» la desarticularon y sus miembros emigraron a otras organizaciones, los “Valencianos” ganaron terreno en los últimos días, y buscan apoderarse de algunas parroquias. La Policía describe a los criminales del «Cáscara» como los más sanguinarios.
Para obtener fortunas en cuestión de horas, los maleantes usan técnicas de amedrentamiento telefónico de sus víctimas. De no tener efecto, envían a los pistoleros hasta sus negocios o residencias y los tirotean. Quien se resiste lo secuestran, luego del pago se negocia una vacuna, detalló un oficial.
Son incalculables los recursos obtenidos por los vándalos en los últimos meses. Los cuerpos de seguridad han localizados sus propiedades en diferentes estados del país y fuera de Venezuela. Sus otros cómplices, quienes no están directamente en la banda, los ayudan a lavar el dinero.
Atados
Manuel Manrique, director de Polibaralt, informó que dentro de las bandas operan elementos criminales organizados que hacen ver a la colectividad que la denuncia es ineficiente, por lo que la víctima se exime de hacerlo.
“Los líderes de estas bandas no han sido denunciados. En la Policía científica solo hay señalamientos. Por nuestras investigaciones estimamos cinco bandas, por sus modus operandi con 400 hombres, equipados con armas y municiones de alto calibre. Desarrollando operaciones delictivas de tráfico de estupefacientes, secuestro, extorsión, robo de vehículos y sicariato”.
En días recientes, se celebró en el municipio Baralt, una reunión en la que participaron los representantes de la Policía regional, Polibaralt, la Mancomunidad COL, Alcaldía de Baralt y La Ceiba y la Guardia Nacional. Se concentraron en fijar estrategias para desarticular las bandas, hasta ahora no hay resultados.
Fretzer Borges Yánez, director de la Mancomunidad Costa Oriental del Lago, informó que el municipio Baralt ocupa el sexto lugar en cuanto a actuación delictiva.
“Entre las recomendaciones, está la creación de una subdelegación de la Policía científica en la zona, la colocación de un buzón de denuncias anónimas, plan de investigación de los bienes, muebles e inmuebles de los señalados, entre otros puntos no menos importantes”.
Todos los jefes policiales coinciden que mientras no se denuncien los casos, más difícil les será acabar con los delincuentes.
CIFRAS
3000 productores agrarios son blancos de las bandas que dominan el municipio Baralt, en Zulia, y Trujillo.
300 delincuentes se atrincheran en los campos los estados Trujillo, Lara y Zulia cuando los persigue la Policía.
7 familias son víctimas de los sicarios y ladrones cada semana. Los persiguen, les preparan alcabala y los acosan por teléfono hasta que pagan.
19 homicidios investiga la Policía científica en los últimos tres meses como guerra entre bandas en Baralt. Los funcionarios liquidaron a cuatro sospechosos en dos enfrentamientos.