El público disfrutó de un concierto en tributo a las agrupaciones de los años 70 y 50. Una hora y media duró el espectáculo musical. Tres cantantes locales entonaron las canciones de las legendarias bandas
La afición de los asistentes por la música de Abba y Bee Gees se hizo sentir en el Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo. Durante el concierto ofrecido el pasado jueves en tributo a las bandas, los aficionados corearon las canciones que fueron éxito mundial en la época de su estreno. Con una puesta en escena que desplegó a la Orquesta Sinfónica de Maracaibo sobre el escenario, tres cantantes locales entonaron los temas mientras la OSM disponía el fondo musical. Gilianni Padrón, Ale Briceño y Aristóteles Albornoz fueron los encargados de revivir en sus voces hits como Dancing queen, Mamma mia y Super trouper, de la agrupación Abba. Stayin’ Alive, Night fever, More than a woman y otras del grupo Bee Gees también formaron parte del repertorio.
Bajo la guía de David Rahn, los músicos interpretaron las melodías más resaltantes de la discografía de las icónicas agrupaciones para animar al público que por dos horas esperó a las afueras del anfiteatro el cumplimiento de la interrupción imprevista del servicio eléctrico. Pero solo una canción bastó para que la euforia de los asistentes despertara. Al unísono, los ocupantes de las butacas en la sala siguieron a coro cada tema que los artistas entonaron.
La combinación perfecta
El dulce y limpio sonido de cada instrumento, aunado a la melodía emitida por las voces del trío que revivió los éxitos de las inmortalizadas bandas, resultó la combinación perfecta para ofrecer a la audiencia una hora y media de buena música. Entre cantar, aplaudir y dejar ver en el rostro la emoción ante cada letra, el público hizo notoria su satisfacción con el espectáculo que corría ante sus ojos y oídos. Cerca de 400 personas se dieron cita en el lugar para disfrutar del evento.
Los cantantes a cargo del espectáculo han participado en otros eventos musicales en la ciudad, como Aire. Alrededor de 50 músicos, bajo la batuta de David Rahn, acompañaron a los intérpretes en el escenario.