José Sangronis recién llegaba de trabajar en horas de la noche como era costumbre, cuando los sicarios llegaron a la casa el pasado lunes y lo sorprendieron, intentó correr para escapar, pero recibió más de cinco impactos de bala
A Eduardo José Sangronis Álvarez (22) lo asesinaron dentro de su residencia en la calle principal del sector 5 de Julio, municipio Santa Rita, presuntamente por un ajuste de cuentas.
Sangronis recién llegaba de trabajar en horas de la noche como era costumbre, cuando los sicarios llegaron a la casa el pasado lunes y lo sorprendieron, intentó correr para escapar, pero recibió más de cinco impactos de bala.
Sus verdugos, según testigos, saltaron la cerca de la casa y a unas calles los esperaban dos motorizados para huir.
Fuentes ligadas a la investigación revelaron que no era la primera vez que el pescador recibía amenazas de muerte. A principio de año, pistoleros tirotearon su casa por un presunto trabajo que incumplió.
Eduardo ya había estado preso en el Centro de Arrestos Preventivos de Cabimas por el delito de extorsión.
Un hermano del occiso, cuya identidad prefirió ocultar, dijo que desde niño laboraba como pescador. Era padre de dos hijos y el tercero de cinco hermanos. Desconoció quién pudo asesinar a su pariente.
La muerte acosa a los pescadores
A Jhonan Will Blanco Galué (32) y Eliú Antonio Suárez García (34) los encontraron sin vida el 30 de octubre en el sector Tartajal del municipio Miranda.
Los transeúntes notaron en horas de la mañana boca arriba los dos cuerpos y alertaron a las autoridades. Los familiares indicaron a los policías que Jhonan y Eliú habían salido el día anterior para verificar el estado de los chinchorros en la playa Oribor.
Los investigadores presumen que se resistieron al robo debido que la moto en la que se trasladaban aún no aparece.