Unos aspectos a tener en cuenta dado el mayor número de mujeres que esperan a concebir su primer hijo cuando ya han superado los 35 años, edad en la que los estudios establecen el momento en la que se dispara el riesgo de dificultades tanto a la hora de concebir como de llevar el embarazo a buen término
El paso de los años provoca que las probabilidades de que una mujer logre quedar embarazada sean menores. Y asimismo, que una vez alcanzada la concepción, tanto la gestación como el parto se asocien a un mayor número de complicaciones. Unos aspectos a tener en cuenta dado el mayor número de mujeres que esperan a concebir su primer hijo cuando ya han superado los 35 años, edad en la que los estudios establecen el momento en la que se dispara el riesgo de dificultades tanto a la hora de concebir como de llevar el embarazo a buen término. Incluso, cumplidos los 35, la probabilidad de requerimiento de cesárea o de ayudas en el alumbramiento es mucho mayor. O lo que es lo mismo, los partos son más difíciles. Y ahora, investigadores del King’s College de Londres (Reino Unido) descubrieron el por qué, reportó ABC.
“Nuestro trabajo muestra la existencia de cambios fisiológicos y celulares fundamentales asociados con la edad de la madre que dan lugar a partos disfuncionales. La duración y el progreso del alumbramiento se encuentran directamente relacionados con la edad maternal, lo que puede causar complicaciones durante el parto”, explicó Rachel M. Tribe, directora de esta investigación publicada en la revista The Journal of Physiology.
Experimento
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utilizaron ratones para analizar los cambios fisiológicos y funcionales que se producen en el organismo durante la gestación a distintas edades. Así, y además de sujetos jóvenes, emplearon ratones más longevos –hembras de hasta ocho meses, estableciéndose el pico de fertilidad en estos animales entre los tres y los cinco meses.
Los autores se centraron en los músculos del útero y del cuello uterino –o cérvix–, y lo que vieron es que la capacidad de contracción de estos músculos era mucho menor en las hembras de mayor edad que en las más jóvenes. Los sujetos más longevos mostraron una menor sensibilidad a la oxitocina –hormona que cuando es utilizada como fármaco induce y acelera el parto. Y a todo ello se aúna que las hembras más mayores presentaron unos niveles alterados de progesterona, lo que provocó que sus partos tuvieran una mayor duración.
En definitiva, parece que el paso de los años conlleva alteraciones en la fisiología del útero que aumentan el riesgo de complicaciones durante el parto. Sin embargo, y si bien los autores diseñaron su trabajo para simular lo que sucede en las mujeres, no deja de ser un estudio llevado a cabo con animales. Es decir, deben confirmarse los resultados en ensayos clínicos con humanos antes de extraer ninguna conclusión definitiva.