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A la pared vinotinto, desconchada y sucia se arrecostaron el padre y hermano de Robert Alberto Carmoma Mendoza, de 24 años. Escoltaban su cadáver desde el Hospital General del Sur y apenas los funcionarios de la morgue forense abrieron las puertas traseras de la furgoneta para bajar su cuerpo se pegaron muy cerca de la entrada principal. Ninguno controló su llanto, se taparon la boca y dejaron rodar sus lágrimas.
Desatención médica denunciaron los familiares luego de calmarse. “Lo dejaron morir en una camilla. Ni tratamiento le estaban pasando. Después de dos días y medio lo internaron en la Unidad de Cuidados Intensivos”, acotó uno.
Seguidamente, explicaron que el técnico en refrigeración ingresó al Hospital General del Sur luego de un accidente vial. Perdió el control del volante y se volcó. Robert no mantuvo el equilibrio cuando manejaba su motocicleta en la vía Machiques-Colón, cayó y un fuerte golpe en la cabeza lo dejó inconsciente.
Los Carmona se enteraron, a las 8.00 de la noche el pasado domingo, del accidente. Les explicaron que a su pariente lo llevaron a la emergencia del centro asistencial marabino. Desesperados se trasladaron al lugar para cuidar del joven. Cuando preguntaron a los médicos por el estado de salud del herido, estos respondieron que presentaba muerte cerebral.
Los dolientes criticaron la atención en el hospital. Presumen que de haber sido diferente, el motorizado habría sobrevivido. Los galenos mantuvieron su diagnóstico hasta las 2.00 de la tarde del pasado miércoles cuando uno de ellos se les acercó y les notificó sobre el deceso.