Estudiantes universitarios se las ven "negras"

Los estudiantes no saben cu00f3mo hacer para costear los gastos de sus estudios y graduarse. (Foto: Josu00e9 Gil)

 

La crisis hace que los ingresos no alcancen para nada. Copias o impresiones, transporte y pago de matrículas golpean sin piedad. Los jóvenes que se han visto en la necesidad de tener que trabajar y estudiar al mismo tiempo.  Los alumnos hacen una “vaca” para pagar la universidad de sus compañeros

Es muy temprano. Apenas son las 5.00 de la mañana y la preocupación de Néstor Rodríguez, estudiante de Administración de Empresa, no solo son los exámenes. Él sabe que a principios de mes debe pagar el transporte que lo lleva desde su casa, en Haticos, hasta una universidad privada de Maracaibo. A esto se le suman los pasajes en carritos por puesto y autobuses, las copias, impresiones, anillados, entre algunas otras cosas que exige cursar una carrera universitaria.

El joven, que estudiaba la misma carrera en LUZ, debió abandonarla y “migrar” a una paga debido a los constantes paros y pérdida de clases que lo atrasaron considerablemente. Desde hace más de un año se dio este cambio tan drástico que trastocó sus finanzas y las de su familia. “He dejado de salir con mis amigos y comer en la calle, todo ha cambiado”, comenta el muchacho.

El futuro administrador cuenta que trabaja de 7.00 de la mañana a 3.30 de la tarde y el dinero proveniente del pago de su cestatique sirve para ayudar en su hogar. Aunque señala que este es ínfimo, es lo único que puede dar. “Gano sueldo mínimo y eso tengo que administrarlo para todo. Gasto en pasajes 600 bolívares diarios sin contar el transporte que me cuesta 25 mil bolívares mensuales. Es difícil poder costear todo esto. Antes me iba en buses a las 10.00 de la noche, pero me atracaron varias veces y ya no podía más”.

Solidaridad

Los estudiantes están obligados a buscar alternativas ante los gastos excesivos de papelería. Una copia o una impresión a blanco y negro puede rondar los 150 bolívares, un anillado 700 bolívares y una hoja de examen 300 bolívares. Para quienes hacen estos gastos, diariamente, sus posibilidades de cubrirlos son inciertas. Muchos padres hacen de “tripas corazón” para evitar que sus hijos abandonen los estudios.

En las universidades es frecuente observar jóvenes reunidos en banquetas o en el piso compartiendo comidas preparadas en sus hogares. La compra de algún alimento o chuchería se ha hecho cuesta arriba. La crisis ha sacado lo peor y lo mejor de las personas. El estudiante relata: “Tengo un compañero que desde enero no tiene para pagar la universidad, no consigue trabajo y le es imposible venir. Entre amigos reunimos un dinero mensual para que pague sus cuotas, los pasajes y las copias o impresiones. Va por el octavo trimestre y da dolor que deje los estudios”. 

Esta situación no solo asfixia económicamente a los jóvenes, también los afecta desde el aspecto emocional y social. La incertidumbre que les ocasiona el tener estas necesidades se añaden al distanciamiento de sus compañeros y familias por el tiempo tan limitado que tienen para compartir.

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