Bote de aguas blancas inunda la plaza de La Basílica

Los comerciantes de la zona exigen la presencia de Hidrolago pasa que solucione la situación del bote de aguas, que viene amenazando hace dos meses

Una tanquilla de aguas blancas colapsó en la plazoleta de la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá, formando una laguna que llega hasta la avenida Libertador. Comerciantes, taxistas y hasta indigentes se quejaron de la situación alegando que los afecta en su jornada diaria. Rodolfo Urdaneta comentó: “Hidrolago viene, mira y se va”.

Hace dos meses, la tanquilla del lado derecho de la plazoleta comenzó a dar alerta de su mal estado. Según Wílmer González, taxista de la zona, “cada vez que venía el agua se botaba, pero ya no aguantó más y se formó este desastre, lo peor es que nadie hace nada”. La mezcla del caudal con la basura acumulada por los buhoneros en el corredor vial que conduce hacia la avenida Libertador, provoca un olor putrefacto que “desespera” a los transeúntes, visitantes del templo y comerciantes. “Estoy que cierro el puesto y me voy porque estoy frío y tengo mucha fatiga, este olor es insoportable”, criticó Alberto Parada, vendedor de plátano.

Noelia Acosta se gana la vida remendado zapatos en la plaza, dijo: “Hace semanas el negocio está mal porque la gente busca otro zapatero que no esté en el chiquero este”. La mujer, quien depende de su trabajo para mantener a su familia, gritó: “Dile al gobernador que venga a ver cómo esta esto, que le diga a Hidrolago que trabaje, porque los que pagamos somos los pendejos”. Erkin García la interrumpió: “Esto es en todas partes, señora, yo vivo en el barrio Virgen del Carmen y tenemos una calle totalmente perdida por un bote de agua e Hidrolago ni va. Aquí esto se jodió, toda la ciudad es un caos con los botes de aguas negras y blancas porque Hidrolago está en cuatro bloques”.  

 

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