Un Gobierno que habla tanto, que promete villas y castillos a la juventud venezolana, no da muestras reales de sus propósitos y ofertas para instrumentar las acciones que permitan el emprendimiento para la juventud
El Gobierno no tiene solución para la crisis. Maduro ha decidido que la mejor forma para dar respuesta a las exigencias del 90 % de los venezolanos a la realización de elecciones de gobernadores, libertad de presos políticos, respeto a la AN, solución a la crisis económica y vigencia del Estado de derecho, es usando métodos propios de una guerra callejera con resultado de muertos, detenciones y enjuiciamiento de jóvenes que sólo quieren un mejor país, donde no existen excepciones para la represión, con una juventud que sólo aspira mejores oportunidades para realizarse, y que ven cómo cada vez crecen las dificultades para salir adelante, recibiendo en las calles sólo balas y bombas.
Conocemos el caso de una pareja matrimonial de dos jóvenes zulianos, como tantos otros, que esperanzados y llenos de ideas, decisiones y esfuerzos, han tratado de emprender la constitución de una empresa dedicada a la pesca, cuya sede operativa sería la población de Los Jobitos en el municipio Miranda, donde nacieron, crecieron y decidieron formar un hogar al lado de sus familias. Nos referimos a Elisaúl y Diannoris, dos jóvenes entusiastas, especiales, solidarios y luchadores, que no obstante esas cualidades no han podido vencer la burocracia y metodología formalista de la banca, que les cierra el camino para la obtención de un crédito que les facilite darle impulso a su proyecto. Un gobierno que habla tanto, que promete villas y castillos a la juventud venezolana, no da muestras reales de sus propósitos y ofertas para instrumentar las acciones que permitan el emprendimiento para la juventud, que como Elisaúl y Diannoris, no quieren ni pueden irse del país, hecho que se traduciría en abandonar todo: afectos de familia, amigos, hábitat y costumbres, para aventurar y buscar en otros lugares del mundo lo que en su tierra se les niega.
¿Por qué, presidente Maduro, su gobierno no se ocupa de atender con firmeza a la juventud, deseosa de crecer en su tierra, al lado de todo aquello que enriquezca sus sueños? ¿Cuántos Elisaúl y Diannoris tocan las puertas de bancos y despachos oficiales en solicitud de soluciones para sus proyectos para ser útiles al país donde nacieron, y donde sólo reciben como respuesta una planilla de solicitud de crédito, contentiva de requisitos y condiciones “mata esperanzas”, creadora de amarguras y frustraciones y una represión asesina? Señor Presidente, actúe, diseñe y decídase a crear un muro de oportunidades para que la juventud no nos abandone. De usted depende.