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El alero LeBron James volvió a protagonizar una gran actuación individual al frente de los Cavaliers de Cleveland que no fue suficiente a la hora de evitar la derrota (113-118) ante los Warriors de Golden State en el tercer partido de la final de la NBA.
"No hemos perdido porque el equipo jugase mal, todo lo contrario, elevamos nuestro nivel de juego, anotamos puntos y defendimos, pero el poder ofensivo de los Warriors fue demoledor", declaró James, que aportó 39 puntos, 11 rebotes y nueve asistencias. "Nunca había visto a un equipo con tanto poder ofensivo".
James, que jugó 46 minutos y el base Kyrie Irving otros 44, reconoció que el esfuerzo físico había sido grande, pero no pensó que al final tuviese influencia en el marcador final, algo que sí lo consideró el entrenador de los Warriors, Steve Kerr, después que su equipo en los últimos 3 minutos consiguió racha de 11-0 puntos por 0-8 tiros de campo de los Cavaliers.
"Cuando concluimos la final de la Conferencia Este ya adelanté que enfrentarnos a los Warriors era una auténtica pesadilla y ha quedado confirmado ante el poder ofensivo que poseen, como no había visto antes y me he enfrentado a muy buenos equipos", subrayó James. "Esta noche (miércoles) hicimos muy bien las cosas en el campo, pero ellos al final lo hicieron mejor".
De nuevo la compensación individual fue lo único que le quedó a James en el duelo contra los Warriors, que tienen a los actuales campeones de liga contra la pared con marca de 3-0 y sin que ningún equipo en la historia de la NBA haya podido remontar tanta diferencia en una serie final al mejor de siete.