Los habitantes de la calle 98A con avenida 82 del sector Cañada Honda padecen las complicaciones por la rotura de una tubería de agua que, además del derroche del líquido, provocan daños en el pavimento y complicaciones de salud
José tiene un barretón en su mano, y con él, abre una zanja para intentar reparar un bote de aguas blancas que permanece día y noche en la calle 98A con avenida 82 del sector Cañada Honda, que además de traer zancudos, daña el pavimento y afecta tanto a los maestros como a los estudiantes de la unidad educativa doctor José Ortiz Rodríguez.
Carlos Rangel, dueño de uno de los talleres del sector, comentó que desde hace más de 15 días se rompió la tubería y el “desastre” es constante. Las aguas circulan por el pavimento a lo largo de 700 metros y el limo es visible en la carretera producto de las aguas estancadas.
Rangel reiteró que el daño “se produjo solo” y su trabajo se viene a pique desde entonces porque sus clientes no quieren ir. “No sé qué hacer y la situación está muy mala. El garaje esta full y no puedo parar los carros en el frente. Antes atendía más de 25 carros a la semana y ahora cuando mucho solo ocho”.
La pasan mal
Al estar mohosa la arteria vial, los vecinos recurrentemente se caen al igual que los niños que deben “saltar” para llegar a su destino. Las piedras que colocaron son la “única” manera de atravesar la calle sin “embarrarse” o “sufrir hongos en los pies.
Neiva Peñaloza, de 68 años, ve como a lo largo su vida, el sector sufrió transformaciones y ahora ve como el pavimento “que medio servía” se destruye. “Es triste muy triste todo esto y trataremos de hacer una maraña, pero no sabemos que pueda pasar. Las tuberías tienen más de 50 años y no aguantan más. Los carros pasan y se dañan”.
Mientras las aguas bordean la escuela, José busca a toda costa con un pote de mantequilla sacar el líquido del hueco que improvisadamente hizo, con el fin de conocer la magnitud de la fuga y tratar de hacer algo ante la falta de respuesta de las autoridades.