Los jubilados llegan a la cola frente al banco con diferentes historias, pero un mismo fin y sin ninguna otra opción más que esperar una oportunidad para cobrar o ir otro día a intentarlo
Unos 300 abuelos formaban una larga cola para cobrar su pensión en el Banco Bicentenario de la calle 77. Denunciaron ser víctimas de malos tratos por parte del gerente del lugar.
El drama de los pensionados comienza en las noches, cuando llegan para agarrar los primeros puestos en una cola que se extiende durante cada hora que pasa en la madrugada, y para cuando sale el sol esta ya puede rodear una cuadra o en su defecto pasar de una a otra esquina.
El enojo era evidente en quienes recorren las agencias de la entidad sin encontrar ninguna solución. La oficina del también conocido bulevar 5 de Julio informó a los beneficiados que solo 40 personas cobrarían. El resto debía regresar a sus casas sin nada para las medicinas o comida.
Las quejas
Guillermino Palmar, de 67 años, viajó desde la carretera Lara-Zulia. Su único deseo era tener su dinero, por lo que sacarlo del banco porque el sistema “no sirve”, significa para él un desgaste físico y de salud.
“Gasté más de 100 mil bolívares para venirme e irme de Maracaibo”.
Como Palmar, los ancianos se quejan de la infraestructura de la entidad bancaria, su personal y su gestión. “El maltrato que nos dan los trabajadores da a entender que no tienen ninguna conciencia ante las adversidades que pasamos las personas de la tercera edad”.
William Paz, presidente de la Fundación Nacional Prodefensa de los Pensionados y Jubilados de Venezuela (Fundepejil), se quejó por la situación: “hay personas que vienen desde muy lejos y gastan más que lo que les dan. Compañeros pensionados que vienen cuatro, cinco y seis días a cobrar y la mayoría de ellos se va sin nada luego de dormir en el sitio para llevarse algo a sus casas’’.
Adolfo Labarca, de 75 años, de Santa Cruz, manifestó su molestia porque, según él, no hay control, administración y gerencia. “Vine 19 veces y todavía estoy cobrando los tres meses de la pensión. Me la pagan de 20, y de a 10 bolívares. Vengo una o dos veces por semana y no hay plata. Estoy desde las 7.00 de la mañana, pero uno pasa todo el día aquí y es igual, salgo de mi casa a las 5 .00 y visito de siete a ocho bancos a ver en cuál hay, yo ando en transporte público, que es un desastre total’’.
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