
La materia oscura continúa retando a los astrónomos ya que nuevas observaciones apuntan que esta sustancia interactúa solo con la gravedad
La materia oscura sigue planteando importantes retos a los astrónomos, pues nuevas observaciones apuntan a que esta sustancia misteriosa interactúa solo con la gravedad, pero no con el resto de fuerzas o consigo misma, al contrarío de lo postulado hace tres años.
El profesor Andrew Robertson de la británica Universidad de Durham presentó los resultados de un estudio en la Semana Europea de Astronomía y Ciencia Espacial que cierra hoy sus puertas en Liverpool (Reino Unido)
Hace tres años, Durham y su equipo estudiaron la colisión de cuatro galaxias en el cúmulo Abell 3827, a 1.300 millones de años luz de la Tierra, suceso en el que un cúmulo de materia oscura parecía quedarse a la zaga de la galaxia a la que rodeaba.
Tras estas observaciones, lo expertos hipotizaron que la materia oscura podía interactuar consigo misma o con otras fuerzas al margen de la fuerza de la gravedad, lo que podía dar pistas sobre de qué está hecha.
Los científicos consideran que solo un 4 % del Universo es materia común, frente a un 26 % de materia oscura, que aún no se ha detectado más allá de sus efectos gravitacionales, pero su presencia es un factor esencial en cómo es el Universo.
Ahora, el mismo equipo de científicos ha hecho públicas sus conclusiones a partir de observaciones recientes las cuales indican que en el caso de Abell 3827 la materia oscura no se había separado de la galaxia.
Estas nuevas observaciones y medias son coherentes con la idea de que la materia oscura solo siente la fuerza de la gravedad, indicó un comunicado de la Universidad.
Uno de los autores del estudio Richard Massey señaló que “la búsqueda de la materia oscura es frustrante, pero eso es la ciencia. Cuando los datos mejoran las conclusiones pueden cambiar”.
En cualquier caso “la caza” para revelar la naturaleza de la materia oscura continúa, aseguró el experto, quien agregó que puesto que esta no interactúa con el Universo que la rodea, a la ciencia le está “costando trabajo averiguar qué es”.
Los últimos datos sobre Abell 3827 fueron recabados usando el radiotelescopio ALMA, ubicado en el chileno desierto de Atacama.