En el municipio Libertador, en el estado Mérida, actualmente solo circula el 27 por ciento de la flota del transporte público y si la crisis de ese sector sigue incrementándose, para finales del 2018 no existirá este servicio
Así lo cree Luis Millán, vicepresidente del Concejo Municipal de Libertador, quien como presidente de la Comisión de Transporte Público de esta instancia legislativa local, presentó un informe en el que concluye que solo 214 unidades de transporte prestan actualmente el servicio en el municipio capital, de un total de 794 unidades registradas.
Cree que “antes de finalizar el año 2018 estos números van a ser catastróficos” y para revertir la situación dijo que la solución a la problemática del transporte es un cambio en el sistema del Gobierno y en la política económica del país.
Durante este año 2018 ya comienza a hacerse común la movilización de personas en camiones 350 con o sin barandas, camionetas y otros vehículos de carga que ante la necesidad del ciudadano los colocan a la disposición del usuario, lo que la convierte en una opción insegura y hasta indignante.
“Evidenciamos el deterioro de tan importante servicio, esto obedece únicamente a las malas políticas y falta de gobierno de este régimen nefasto, el cual no permitió la importación o producción de repuestos y suministros, tanto para el transporte público como de carga. Es por ello que vemos con dolor imágenes en nuestra ciudad y en otros estados de Venezuela de camiones que transportan personas sin ninguna seguridad ni dignidad como en La Habana Cuba”, dijo el concejal Millán, al tiempo que aseguró que la solución no es aumentar el precio del pasaje.
Acorralados
En la región los incrementos en la tarifa del pasaje del transporte público, tanto de manera legal como de forma arbitraria por los conductores, son recurrentes desde el año 2016, cuando el sector comenzó a sentir de manera más directa la escasez y alto costo de lubricantes, filtros, insumos, baterías y cauchos, entre otros productos necesarios para mantener operativas las unidades.
A las fallas mecánicas y la falta de productos para su funcionamiento se le suma la migración de unidades, toda vez que los transportistas prefieren llevarse sus buses para otros estados donde el costo del pasaje es más elevado que el que se cancela en Mérida o en su defecto, colocarlos a disposición de rutas largas como por ejemplo Boca de Grita-Puerto Santander, frontera con Colombia, a donde diariamente viajan miles de personas para comprar comida, medicinas y hasta para vender efectivo, publicó El Pitazo.