La rebelión de la minoría opositora, ¡peligro!

Las ambiciones de poder de partidos y líderes minoritarios (algunos de ellos sospechosos) crean un espejismo nacional e internacional de convivencia democrática e institucionalidad que no existe, que es una farsa, que a todas luces no deparará nada positivo al país

Una vez más el Gobierno fuerza un presunto “diálogo” intentando frenéticamente simular legitimidad, al respecto, quién sabe qué prometería al sector financiero para que la postergación de la conversión monetaria haya lucido como una “decisión consensuada” cuando es consabido que fue una errática y alocada promesa electoral. 

Aparte se anunció un acercamiento entre Copei y el Gobierno en Miraflores. Asimismo, se expuso mediáticamente a los cuatro gobernadores humillados ante la ANC como mediadores para liberar presos políticos, ante el fulminante informe de la OEA que lo acusa de crímenes de lesa humanidad, el Gobierno busca reducir presión internacional. Finalmente, Henri Falcón introduce ante el TSJ una impugnación de las presidenciales en franco reconocimiento al TSJ cuestionado por propios y extraños. 

La oposición del país en la actualidad se encuentra en stand by, comatosa; se ha dejado colar por medios de comunicación que se ocupa de su reestructuración lo cual sería extraordinario, pero no cualquier reestructuración, para que pueda volver a hilvanar empatía con el pueblo debe, en primer lugar, consultar con las bases la nueva dirigencia, las primarias serían ideales. 

En segundo lugar, no se trata de fomentar un apartheid ni una discriminación caprichosa, si bien es cierto la idea es sumar voluntades, no se puede cometer el faraónico error de incluir en esta nueva propuesta figuras que han sido pieza fundamental para que el régimen aún se mantenga en pie.

En tercer lugar, se debe comprender la magnitud del momento histórico; el Gobierno continúa actuando con el mazo dando, solo después de alcanzar sus lúgubres objetivos. Es necesario comprender que la radicalización en el país es una realidad indeseada, mientras el chavismo permanezca en el poder arreciará, es su modus vivendi

Venezuela corre hoy un grave peligro: Las ambiciones de poder de partidos y líderes minoritarios (algunos de ellos sospechosos) crean un espejismo nacional e internacional de convivencia democrática e institucionalidad que no existe, que es una farsa, que a todas luces no deparará nada positivo al país, solo un acelerado más de lo mismo empeorado. ¡Cuidado! 

En cuarto lugar, se debe también comprender que la única fórmula para superar este oscurantismo de 19 años es la unión estratégica de los factores políticos opositores, la unión de los venezolanos ganados a propuestas con liderazgos renovados legítimamente y el apoyo de la diplomacia internacional, hoy más vital y activa que nunca ¡No hay otra vía! 

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