Trump y la guerra económica

El tópico de análisis del programa, era la política de mercado promovida por Trump en contra del mercado europeo y el gigante chino, quienes han venido fraguando con ventajas asimétricas un mercado próspero en base a las exportaciones con bajos aranceles hacia Estados Unidos

Recientemente observé un programa en una televisora (RT) -de corte izquierdista- donde moderaba un crítico político económico llamado Kreiser. El tópico de análisis del programa, era la política de mercado promovida por Trump en contra del mercado europeo y el gigante chino, quienes han venido fraguando con ventajas asimétricas un mercado próspero en base a las exportaciones con bajos aranceles hacia Estados Unidos, por lo cual le han afectado hasta el punto de que próximamente habrá una crisis en su economía, por culpa de los bajos ingresos fiscales y bajos aranceles a las importaciones. Esto sí es una verdadera guerra económica del tipo colbertiano. 

La Unión Europea impone a las importaciones un 12.5 por ciento de aranceles, China 25 por ciento, mientras Estados Unidos 2.5 por ciento; esto es lo que quiere arreglar Trump. ¿Cómo funciona? Con los recaudos apropiados. El Estado debe financiar sus gastos y promover el crecimiento de la industria nacional. 

Entre las principales políticas comerciales que se deben aplicar con el fin de mejorar la economía de un país, se requiere: Restringir las importaciones a través de cuotas, impuestos o prohibiciones, restringir la exportación de materias primas y fomentar la exportación de bienes terminados, subsidiar y ayudar a la producción nacional, producción de bienes y servicios por empresas del Estado, facilitar y promover la creación de nuevas empresas públicas y privadas.

Contrario a esto anterior, es el desarrollo de políticas platónicas populistas, que no se parecen a ningún tipo de gobierno y que es la mayor enfermedad que puede padecer un pueblo. Este tipo de gobierno, en los primeros días de su gestión, sonríe a todos los que encuentra, asegura vehementemente ser demócrata y hace innumerables promesas en público, reparte tierras y cargos públicos entre sus favoritos. 

Al verse libre de enemigos, mantiene siempre en pie algunas semillas de guerra -económica- para que el pueblo sienta la necesidad de un jefe y, sus ciudadanos, empobrecidos por la inflación y controles de todo tipo, sólo piensen en sus diarias necesidades y alimentarse. Luego al no tener tiempo ni fuerza para conspirar contra él, usurpa los poderes y se convierte en tirano.

¡Noam Chomsky fustigó a Pepe Mujica y a los gobiernos populistas de América Latina por no haber sabido administrar sus riquezas, y por ende, empobrecer a sus pueblos, como ejemplo de esto tenemos a Venezuela.

 

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