Estamos a casi un año de la mayor calamidad eléctrica en la historia del Zulia y en especial Maracaibo, recientemente las autoridades en un alarde de soberbia propia brabucón embustero de barrio, nos indican que han cancelado los racionamientos y que han vencido “los sabotajes”, pero la “aparente mejoría” es un vulgar engaño y cuando el Zulia se entere del parapeto en que han convertido el sistema eléctrico que Enelven y Edelca le construyeron verán que realmente no hay nada que celebrar. Veamos por qué.
En el plano de la generación apenas si llegamos a los 500 MW disponibles de la generación local, es decir todavía ¡el 83,5 por ciento de los MW están indisponibles!
En la transmisión han realizado un desastre: 1) Instalando “bombas de tiempo” en la subestación Cuatricentenario: a) Eliminación de la interconexión con Colombia, b) Pésima instalación del nuevo banco autotransformador, ante una falla severa podría destruirse la subestación, c) Eliminación de la redundancia en 400 kV y para rematar d) Ahora, pasan por la restante línea de 400 kV dos líneas en 230 kV, producto de la destrucción de los dos cables sub-lacustres y aunque pasamos 400 MW, perdemos 200 MW por impedancia eléctrica y aumentamos la vulnerabilidad de ese nexo.
El mayor desastre es: Zulia debería este 2018 tener 5 mil 30 MW de demanda y apenas llega a 2 mil MW, nivel similar a 20 años atrás. Sólo en el afamado tango argentino, “veinte años no es nada”, esto es un abismal retroceso, la estrangulación del 60 por ciento de la demanda, arrebata la vitalidad y sume en la ruralidad en pleno siglo XXI a la región zuliana y con ello, no hay energía para el ansiado retorno de nuestros hijos y menos para relanzar los trabajos, devolver la pujanza a nuestra economía, industrias y comercios.
Que esto sea una dura realidad, luego de más de 8 mil millones de dólares dedicados en los últimos 20 años para la electricidad regional, más que inexcusable es inadmisible. Depende de cada uno de nosotros unirnos para ponerle un parao, a esta tragedia que más que regional es nacional.
¡Pa´ lante que para atrás espanta!