Los venezolanos caen al abismo del hambre

 

El FMI, donde los revolucionarios aseguraban que jamás irían allí, pronosticó una inflación del millón por ciento en nuestro país para finales del presente año, y al parecer como que se quedó corto en sus investigaciones, porque la cosa supera con creces esa cifra

El más reciente informe que acaba de salir a la luz pública del Cendas, organismo económico asesor de la Federación Venezolana de Maestros, es concluyente. Hacen falta 45.8 salarios mínimos mensuales de 1.800 bolívares soberanos, para que una familia de cinco personas pueda vivir medianamente con sus gastos de alimentación, pagos de servicios, transporte, educación y otros quehaceres de la vida diaria de un grupo familiar.

La ecuación es muy sencilla. Hasta el momento de salir publicado este trabajo, en Venezuela se va el salario mínimo que gana un trabajador mensualmente en la compra de un kilo de carne y un kilo de queso. Hace apenas unos seis días atrás, se podía comprar hasta un cartón de huevos. En los próximos días, alcanzará, apenas, para un kilo de carne porque los precios crecen en forma geométrica, gracias a la hiperinflación más grande del planeta hecha en revolución por Nicolás Maduro.

Pero lo que más arrec… causa con este incapaz Presidente que tenemos los venezolanos, es que todos los días se encadena a través de los medios radioeléctricos para caernos a mentiras sobre la marcha y el futuro del país, pero desentendiéndose de esta grave situación de hambruna que acosa al pueblo venezolano. 

Nicolás no habla del hambre, porque él no la vive. Ya me lo imagino con su primera combatiente y “Nicolasito” tragando en Miraflores y en su apartamento de Fuerte Tiuna, donde presuntamente vive, porque la residencia presidencial de La Casona la tienen confiscada las hijas e hijos del intergaláctico, sus amigotes e invitados especiales, donde la comida debe nadar por encima de las mesas y en cualquier rincón de esos espacios, mientras en los hospitales mueren niños a causa del hambre y de las enfermedades que llaman oportunistas, porque se aprovechan de la desnutrición para acabar con la vida de inocentes.. Por cierto, me gustaría saber cuándo y en qué momento el fiscal de la revolución, va a calificar esa situación de usurpación como un delito por peculado de uso. La familia de Chávez no tiene ningún derecho de estar ocupando esas instalaciones que son para el uso exclusivo de la familia presidencial.

Nicolás sabe que hay hambre porque él no vive en Ganimedes y tiene que estar informado de los costos que tienen los alimentos, pero aún así se niega a declarar la crisis humanitaria en alimentación, para que ingrese al país la ayuda internacional que ya tienen lista para ser enviada a organismos internacionales y numerosas naciones del mundo para ayudar al pueblo venezolano a mitigar su hambre.

Es doloroso ver a familias completas cómo se meten de cabeza en los depósitos de basura cercanos a restaurantes y en búsqueda de las sobras que pudieran dejar los comensales que aún tienen la posibilidad de darse esos lujos.

El FMI, donde los revolucionarios aseguraban que jamás irían allí, pronosticó una inflación del millón por ciento en nuestro país para finales del presente año, y al parecer como que se quedó corto en sus investigaciones porque la cosa supera con creces esa cifra.

Por allí han circulado algunas informaciones según las cuales altos emisarios de Maduro, andan haciendo lobby en los despachos del FMI en búsqueda de financiamiento y los han mandado a freír monos, porque jamás han entregado las cifras reales de la situación económica del país, que les permita hacer conclusiones sobre la verdadera situación de Venezuela. Lo cierto es que los venezolanos siguen caminando hacia el abismo del hambre. ¿Y Maduro? Bailando salsa.

 

 

 

 

 

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