Cada joven que acude hoy a las aulas de clases, representa la esperanza de un país que se mantiene firme surcando aguas difíciles. Porque para nadie es un secreto las condiciones socioeconómicas de todos los miembros de la comunidad universitaria, principalmente nuestros estudiantes
El pasado lunes 28 de enero, la Universidad del Zulia (LUZ), reinició sus actividades académicas para este 2019, a pesar de las dificultades que atraviesa la institución y el país.
Nuestro “rector eterno”, el doctor Antonio Borjas Romero, en sus crónicas de vida, decía que los estudiantes son como la fuerza renovadora que no se conforma con el atraso y la rutina; que se supera personal y académicamente, con el compromiso ético de contribuir a la transformación social, poniendo sus conocimientos y experiencias aprendidas al servicio del bienestar personal y colectivo.
Verdaderamente, cada joven que acude hoy a las aulas de clases, representa la esperanza de un país que se mantiene firme surcando aguas difíciles. Porque para nadie es un secreto las condiciones socioeconómicas de todos los miembros de la comunidad universitaria, principalmente nuestros estudiantes.
Ellos son la población más vulnerable de esta crisis que azota el país, muchas veces van a clases sin un plato de comida y solo con los pasajes contados sin poder comprarse nada más, porque no les alcanza. Las becas no les rinde para costear gastos de impresiones, copias o comprar un cuaderno nuevo, ya que los precios son exorbitantes.
Siempre he dicho que un país que invierte en educación tendrá un futuro brillante. Como vicerrectora académica de la Universidad del Zulia, propongo públicamente que las becas de nuestros estudiantes sean aumentadas al equivalente del salario mínimo nacional.
Debemos honrar el compromiso con los jóvenes que quedan en nuestro país, luchando para obtener su tan anhelado título académico que los acredita como profesionales de la República. Esta medida debería ser aplicada cada vez que aumenta el salario mínimo, porque ellos también necesitan ese dinero para sus pasajes principalmente, que constantemente suben de precio y los choferes no respetan el pasaje estudiantil establecido en la ley.
Sí es cierto, muchos estudiantes se han ido debido a la situación actual. Hagamos un esfuerzo grande para mantener a los que quedan y brindarles todo el apoyo como autoridades universitarias para que puedan culminar con éxito su carrera. Como profesores nos sentimos orgullosos al verlos a ellos de toga y birrete, es el esfuerzo de ellos y la muestra de que lo que sembramos como educadores dio su fruto para un mercado laboral que amerita de profesionales de alto nivel académico como los egresados de nuestra ilustre y centenaria LUZ.
Este 2019 no será fácil. Nuestra universidad se mantendrá en emergencia académica y operativa como lo estuvo el año pasado y que nos permitió flexibilizar medidas que permitieran de cierta forma ayudar a todos los miembros de la comunidad universitaria.
Esperamos y confiamos en Dios que este año sea un período académico de bienaventuranza para todos nuestros estudiantes. A los que ingresan, los que continúan y los que ya culminan sus estudios, les deseo el mayor de los éxitos. Recuerden siempre el lema de nuestra universidad: “Post Nubila Phoebus” (“Después de las nubes, el sol”). ¡Adelante muchachos!