La fiesta chavista se repite para decir “no al imperialismo”

 

Cientos de chavistas volvieron a las calles este viernes en Venezuela para repetir el mensaje que el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) hizo parte de su discurso de Estado hace 20 años, y que hoy se mantiene con su sucesor Nicolás Maduro: “no al imperialismo”

Cientos de chavistas volvieron a las calles este viernes en Venezuela para repetir el mensaje que el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) hizo parte de su discurso de Estado hace 20 años, y que hoy se mantiene con su sucesor Nicolás Maduro: “no al imperialismo”.

La frase, que se ha hecho más fuerte entre los oficialistas por las denuncias de un supuesto bloqueo económico y un “asedio” de Estados Unidos, se ha escuchado con más fuerza en el marco de la celebración del 208 aniversario de la Independencia de Venezuela.

Es además una constante en todas las marchas que convoca el Gobierno y que terminan casi siempre convirtiéndose en una fiesta donde gran parte de sus asistentes olvidan el clima de conflictividad social y política en el que viven.

Pese a las denuncias de diversas organizaciones no gubernamentales y de la oposición sobre que a muchos de los asistentes los obligan a ir a estas marchas por ser trabajadores públicos, una parte de ellos, que no teme a hablar a las cámaras, disfruta el espectáculo que va encontrando a medida que avanza la movilización.

La alegría y diversión se transmite en cada una de las sonrisas que expresan cuando bailan y observan los típicos tambores venezolanos que retumban en las calles.

En esta ocasión, los chavistas apenas recorrieron unos tres kilómetros por las calles de Caracas hasta llegar al paseo Los Próceres, una enorme plaza dedicada a los héroes de la emancipación de Venezuela, para ver el desfile “cívico-militar” encabezado por el gobernante Nicolás Maduro.

La plaza estaba cercada por la guardia de honor presidencial y efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). A la zona solo podían ingresar los militantes de los distintos movimientos y organizaciones que apoyan al Gobierno, y se impedía el paso a la prensa.

En las afueras de la zona cercada y mientras transcurría el desfile, varios grupos participaron en bailes folclóricos del país como “La Burriquita”, una manifestación cultural que fue adoptada de las comunidades indígenas, mientras otros observaban en una pantalla gigante el acto del Ejecutivo.

“Nada de injerencia de los Estados Unidos, nuestro pueblo es libre, soberano e independiente (…) esta es una fecha donde logramos liberarnos de todos aquellos países que en años anteriores nos quisieron tener como esclavos, que aún persisten muchos de ellos queriéndonos tener todavía sometidos”, dijo a Efe la educadora Beatriz Otaiza.

La mujer, quien trabaja para la Fundación de Niños, Niñas y Adolescentes del Gobierno de Distrito Capital, pidió paz para Venezuela, un mensaje que también forma parte del discurso de Maduro, quien asegura frecuentemente que su Gobierno es el único garante de tranquilidad en el país al acusar a la oposición de violenta.

La fiesta chavista es un claro mensaje de apoyo al Gobierno, que se encuentra “azotado” por varios países, según resaltan sus seguidores, como Augusto Sánchez, de 52 años.

Este quincuagenario también aprovechó para pedir a los venezolanos que han huido de la crisis hacia otros países, especialmente de la región, que regresen a Venezuela a luchar por su patria.

La manifestación chavista transcurrió en paralelo a la marcha opositora que convocó el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de cincuenta países con Estados Unidos a la cabeza.

Ambas actividades, convocadas por el Día de la Independencia, se desarrollaron en sus trincheras; la del Gobierno en el oeste de la capital venezolana, y la opositora en el este.

Venezuela vive una acuciante crisis política que se agudizó en enero pasado, cuando Maduro juró un nuevo mandato que no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional y, en respuesta, Guaidó proclamó un Gobierno interino.

Según Maduro, Estados Unidos busca derrocar su Gobierno para apropiarse de las riquezas de Venezuela, un país también hundido en una severa crisis económica traducida en escasez de medicinas, fallos en los servicios públicos e hiperinflación. 

 

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