En la actualidad el país atraviesa otro período de conmociones sociales y políticas que desde la universidad y como ciudadanos debemos analizar muy críticamente. La democracia, como sistema que se debe al respeto de todos, pasa por reconocer a todos los sectores de la sociedad y encontrar formas de consenso que conlleven a la sana y pacífica convivencia
Si fuésemos el Libertador Simón Bolívar ¿Qué nos preguntaríamos a 195 años de haberse librado la heroica batalla de Carabobo?, ¿estarían satisfechas nuestras expectativas de tener un país libre, soberano, independiente en materia alimentaria y con ciudadanos cuya moral y luces resaltaran por sus acciones y palabras?
¿Estaríamos honrando los ideales de tantos compatriotas caídos en esa y otras batallas? Tales son las preguntas que surgen al conmemorar esta fecha determinante para la liberación de Venezuela del poder español, porque toda turbulencia trae consigo aprendizajes y oportunidades que no podemos ignorar.
En la actualidad el país atraviesa otro período de conmociones sociales y políticas que desde la universidad y como ciudadanos debemos analizar muy críticamente. La democracia, como sistema que se debe al respeto de todos, pasa por reconocer a todos los sectores de la sociedad y encontrar formas de consenso que conlleven a la sana y pacífica convivencia.
Por supuesto que quienes ostentan el poder tienen una responsabilidad mayor en la creación de las condiciones para que dicho consenso sea posible. El uso correcto del lenguaje y dar ejemplos positivos para la sociedad parten además de la necesidad de ser cónsonos entre el discurso y las acciones, lo cual es urgente en el actual clima de incertidumbre en el que vivimos.
El gran filósofo francés Jean Jacques Rousseau decía: “Una de las ventajas de las buenas acciones es la de elevar el alma y disponerla a hacer otras mejores”. Es en los momentos de crisis en el que se pone a prueba la fuerza del carácter del venezolano y donde muchas veces resaltan los ejemplos de heroísmo, solidaridad, inspiración y liderazgo, muchos de los cuales vemos ahora y que nos empujan a seguir soñando por el gran país en el cual nacimos y por el aún mejor país que deberíamos llegar a ser.