Lilian Tintori, esposa del dirigente, intenta sin éxito convencerlo de que cese con el ayuno prolongado. El cardenal Jorge Urosa le pide al líder opositor que levante la medida porque “podría tener un desenlace fatal”
Leopoldo López, preso político del Gobierno de Nicolás Maduro, no levantará la huelga de hambre que inició el pasado 24 de mayo. Así se lo dijo ayer a su esposa, Lilian Tintori, quien, junto a sus dos hijos Manuela y Leopoldo Santiago, visitó ayer al dirigente de Voluntad Popular en la cárcel militar de Ramo Verde, donde celebró el segundo Día del Padre desde que fue detenido hace más de un año y cuatro meses.
Tintori había anunciado el sábado en la tarde que le pediría a López que cesara su método radical de protesta para cuidar su “comprometida salud”, pero no pudo convencerlo. El líder opositor, quien no dejó el fin de semana que un médico forense lo examinara en rechazo a la negativa del Ejecutivo de no permitir el ingreso al centro de reclusión de su médico de confianza, continúa firme en su intención de mantener el ayuno prolongado hasta que el Gobierno cumpla con el petitorio que hizo cuando comenzó la medida: liberación de todos los presos políticos, el cese de la represión y la persecución, y el anuncio de la fecha de la elecciones parlamentarias.
A su salida de Ramo Verde, la esposa de López, de 37 años, aseguró que el dirigente se encontraba muy flaco. Más de 15 kilos habría perdido desde que inició la huelga de hambre. Aunque no declaró a la prensa, cercanos a Tintori aseguran que la vieron bastante preocupada por el estado físico del dirigente, quien el próximo miércoles cumplirá un mes sin comer.
El equipo de abogados de López iniciarán hoy gestiones ante los tribunales para que permitan que un médico de confianza del opositor revise su estado de salud.
López presenta dolores de cabeza, estómago y espalda tras el inicio de la huelga de hambre, según informó a La Verdad el sábado Juan Carlos Gutiérrez, abogado del líder de Voluntad Popular.
Urosa le pide que pare
El cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, le pidió ayer a Leopoldo López que cese la huelga de hambre que mantiene desde hace 29 días como una medida de protesta en contra del Gobierno de Nicolás Maduro
“En el nombre de Dios y con gran afecto sacerdotal, te pido que concluyas tu huelga de hambre, a fin de preservar tu vida y continuar la lucha por la libertad y la democracia que son tus ideales y propósito de tu existencia”, escribió en una carta difundida por su despacho.
Subrayó que, pese a su “valiente gesto” y “contrariando los designios de Dios”, su huelga “podría tener una desenlace fatal, lo cual causaría gran sufrimiento” a sus “seres queridos”.
En el Día del Padre
Leopoldo López Gil, padre del dirigente de Voluntad Popular encarcelado en la cárcel militar de Ramo Verde le pidió a su hijo en una carta que abandone la protesta porque ya ha dado “suficiente frutos”. “El mundo volteó la mirada a Venezuela y se conmovió con nuestra realidad (…) Cesa ya ese sacrificio, pues hoy ya peligra tu salud y sería irresponsable no voltear la mirada a tu propia condición”, escribió López Gil, quien dijo que la codicia, el apetito voraz por el poder y el dinero han hecho de Venezuela un charco tan oscuro que el petróleo luce cristalino por comparación