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El estruendo de un arma de fuego tomó por sorpresa a los vecinos del barrio Altamira Sur, en el sector Pomona del municipio Maracaibo. El antisocial responsable se bajó de una motocicleta, se acercó hasta la vivienda número 18B-183, adentró su pistola por una esquina de la casa y disparó contra los presentes. Alexandra Daniela Acosta Calderón (20), apodada la "Cochinita", murió al ingresar a un hospital cercano. Su padre, Alexánder Acosta, alias el "Cochino", y su esposo Jhoandry Castillo resultaron heridos.
Cuatro patrullas cerraron las entradas de la calle 107 de la barriada. Dentro de la residencia, las lágrimas y la angustia sobraba. El "Cochino" anonadado por lo acontecido, y con una herida de entrada y salida en el antebrazo derecho, explicó a la prensa que un sujeto pasaba caminando por la calle con una actitud sospechosa. Era de altura mediana, contextura gruesa, "catirito" y vestía una camisa roja y jean azul. En ese momento que lo vieron pensaron en resguardarse y mantenerse atentos ante cualquier situación.
En ese instante, Castillo regresaba de comprar el desayuno a su hija de tres años, diagonal a la casa. "Yo vi que el muchacho caminaba con actitud extraña y que estaba armado. Le pregunté: ¿Qué pasó, chamo? Y este solo dijo: 'No, nada' y siguió su rumbo".
El presunto delincuente a pie bordeó la casa y una motocicleta roja lo esperaba en el fondo de la vivienda. Jhoandry pidió a su familia que no saliera porque "había un hombre muy raro". Al cabo de unos minutos, sin darse cuenta, los sospechosos regresaron, se pararon cerca de la casa y dispararon hacia adentro en cinco ocasiones. Una bala alcanzó al "Cochino" en el antebrazo derecho, pero este corrió, saltó la baranda del hogar y se escondió en el patio de un vecino. Alexandra gritó: "Me dieron en la espalda" y allí fue cuando su esposo la sujetó por un brazo y corrió con ella hasta la sala de la residencia para refugiarse.
Los dos homicidas huyeron y los vecinos al escuchar la algarabía salieron a averiguar. Castillo utilizó un carro particular y llevó a su mujer hasta la emergencia del Hospital General del Sur, donde falleció, pues la bala le alcanzó el corazón. A Jhoandry le suturaron la herida en la cadera y a su suegro la lesión en la mano derecha.
Castillo regresó a su hogar manchado de sangre y se encontró con las autoridades, a quienes les explicó que el pistolero tenía rato viendo la zona. "Estos al parecer querían robar a alguien o una de las camionetas que estaban cerca de la casa. Creo que nos dispararon por venganza ya que nos dimos cuenta de sus intenciones".
Los detectives de la Policía científica investigan por quién de los tres lesionados en este hecho, iban los delincuentes. Hasta los momentos no manejan un móvil concreto.