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Cuando el papa Francisco arribe a Ecuador hoy, en la primera escala de una gira por tres países latinoamericanos, se encontrará con un ambiente crispado por manifestaciones que reclaman cambios en las políticas económicas y laborales del gobierno e incluso la renuncia del presidente Rafael Correa, mientras la iglesia pide unidad y tolerancia.
El presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Fausto Trávez, en declaraciones a la AP, manifestó que “estamos viviendo una situación especial en la política del país, nuestra preocupación es qué pasará, hemos pedido una y otra vez la calma, la tranquilidad, que depongamos todos las actitudes de unos en contra de otros”.
Exhortó a los ecuatorianos a no generar “agresión de ningún tipo: físico, sicológico o de palabra, que se olviden para siempre quizá” porque el papa de “lo único que no va a hablar, es de política”, advirtió.
En la víspera de su partida a América, el Papa Francisco fue la noche de ayer a la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, para rezar por su peregrinación, como lo ha hecho previo a otros viajes del Papa, informó el Vaticano.
Frente a una imagen de la Virgen María, Francisco dejó un ramo de flores compuestas de flores con los colores de las banderas de los tres países que va a visitar y oró por unos 20 minutos, añadió.
Todo listo
Rafael Correa, presidente de Ecuador, aseguró ayer que “todo está listo” para la llegada del papa Francisco, que permanecerá en Ecuador hasta el próximo miércoles.
“Dijimos que íbamos a tener todo listo una semana antes de la llegada del santo padre y lo cumplimos. El trabajo que se ha hecho es extraordinario, imponente”, dijo el gobernante en su informe semanal de labores.
Apuntó que están a punto, entre otros, las torres para las pantallas y para los parlantes, helicópteros para evacuación, hospitales de emergencia, ambulancias, sistemas de seguridad y de comunicaciones. “Todo está listo”, insistió el gobernante.
Recordó que en los últimos días se realizaron, con éxito, simulacros de posibles emergencias en los sitios donde el papa oficiará misas multitudinarias en Quito y Guayaquil.
El papa Francisco llegará hoy por la tarde a Quito y al día siguiente se desplazará hasta la ciudad costera de Guayaquil donde, entre otras actividades, ofrecerá una misa campal en el parque Samanes.
El mismo lunes, el papa regresará a Quito, donde se reunirá con el jefe de Estado en la sede del Ejecutivo antes de trasladarse a la vecina Catedral metropolitana.
El martes, el papa se encontrará con los obispos antes de oficiar una misa campal en el parque bicentenario, sitio donde se calcula que se congreguen alrededor de un millón de fieles.
Tras la misa campal, el papa mantendrá un encuentro con representantes de la educación en una universidad de Quito y posteriormente se reunirá con representantes de la sociedad civil en la iglesia de San Francisco, en el centro colonial de la capital.
La jornada del papa el día martes se cerrará con la vista a la iglesia de La Compañía, de la orden de los jesuitas, situada en el centro histórico de Quito, a una cuadra de la Catedral Metropolitana y del palacio presidencial de Carondelet.
El miércoles, Francisco visitará una casa de ancianos en Quito y se trasladará luego al Santuario del Quinche, donde mantendrá un encuentro con el clero, los religiosos y seminaristas.
El Papa quiere ver a Paquito
A pocos días de cumplir 91 años, es el hombre más solicitado en Guayaquil, desde que el Vaticano develó que el Papa quiere visitar mañana en esta ciudad a su amigo, al padre Francisco Cortés García, quien para todos es simplemente el “padre Paquito”. “No sé qué preguntarle, él ha dicho que quiere hablar conmigo y yo estoy admirado que venga. Por primera vez, personalmente, he conocido a un papa”, señaló a la AP.
Paquito llegó a Ecuador desde su ciudad andaluza de Málaga en 1963, y nunca más se fue. Desde entonces ha sido profesor y rector del colegio Javier. A inicios de la década de 1980, Paquito conoció a Jorge Bergoglio, quien visitó Ecuador para encontrar un lugar y enviar a jesuitas. El argentino escogió el colegio Javier, a donde regresó meses después con dos jóvenes argentinos, que tuvieron a Paquito como guía.
En 1985, cuando esos religiosos recibieron la ordenación sacerdotal, Paquito viajó a Argentina y tuvo su tercer y último contacto con Bergoglio. El lunes está prevista la llegada del pontífice al colegio para una reunión con Paquito. Conversarán a solas por primera vez en 30 años. “No sé por qué se ha acordado de mí. Ni siquiera nos hemos carteado. Me siento bendecido”, dice con cierta emoción.