Arremeten los bachaqueros

El problema le estalló al Gobierno nacional en la cara y lo ha desbordado porque más que la falta de una efectiva política económica, ha fallado la racionalidad

La máxima dice que en las crisis sobran las oportunidades, solo basta que haya alguien que identifique las necesidades y se ponga a trabajar. Desde que la crisis económica se hizo incontrolable apareció un nuevo y rentable “modelo de negocio”, el bachaqueo. Consecuencia directa de las dificultades para importar productos de un Gobierno que habla de “soberanía alimentaria” pero no promovió la producción nacional, sus políticas de control, que impone a rajatabla en todas las etapas del proceso de producción, comercialización y expendio de productos; el exceso de liquidez monetaria y la caída del poder de compra del venezolano.

Como estoy de vacaciones y casi nunca tengo la oportunidad de realizar compras, me propuse dar una vuelta por un supermercado cercano a mi casa para adquirir cuatro o cinco productos no regulados, resquicios de mí pasada vida de “pequeño burgués”. Llegué a eso de las 8.30 de la mañana y  casi me muero del susto al ver la gigantesca cola que serpenteaba en la calle. Con resignación como todos los venezolanos, hago mi cola que avanza muy lentamente y empieza el pujo por querer entrar. Algunos preguntan qué están vendiendo y mientras el tumulto se pone histérico, decido no continuar presenciando ese triste espectáculo. He tenido noticias de peleas a puños, tiroteos con heridos y muertos, infartos y no quiero exponerme a esas situaciones. La Guardia Nacional y los milicianos con sus caras de fastidio, amenazantes y casi que gruñendo, llaman al orden y contribuyen al desorden con sus arbitrariedades. Otro día será.

El problema le estalló al Gobierno nacional en la cara y lo ha desbordado porque más que la falta de una efectiva política económica, ha fallado la racionalidad, la incompetencia manifiesta de no querer entender el fenómeno creado con prédicas al estilo soviético: negar la realidad, al mismo tiempo que la población empieza su caída en la pobreza y el hambre. El cuento de la “guerra económica”, como el bloqueo en la Cuba de la revolución, más que una excusa es un cadáver ambulante en el que nadie cree, ni siquiera los mismos oficialistas que lo repiten porque no les queda más remedio y atacan los de Marea Socialista.

Es urgente buscar una salida política a la situación de anarquía que vivimos. Los síntomas deberían alertar al Gobierno nacional en la búsqueda de una respuesta integral al problema, lo que puede venir no es bueno para nadie. 

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