Hasta que no tengan una respuesta en busca de soluciones a corto plazo no reactivarán las actividades en el centro asistencial. Usuarios aseguran que no hay insumos
Miranda. “Esto es un grito de auxilio”, así empezó sus declaraciones el pediatra Eduardo Díaz, al referirse al mal estado en el que se encuentra el Hospital Hugo Parra León, del municipio Miranda, una vez que iniciaran una paralización masiva del centro de salud por las “deprimentes” condiciones en las que laboran.
Sólo funciona la emergencia, el área prenatal y alto riesgo obstétrico. Como medida para que el Gobierno regional, ente responsable del buen funcionamiento del lugar, se pronuncie y tome acciones para mejorar las condiciones en las que ofrecen el servicio hospitalario. “La situación es crítica, no tenemos como hidratar a un bebé, cómo ofrecer un servicio óptimo”, sostuvo Díaz.
El Hugo Parra León, por fuera simula estar en perfecto estado, pero por dentro solo el personal que labora y los usuarios, ven como se desmorona. Su director Henoc Guerere, lo confirmó, precisó que hace dos meses le pidió al personal un compás de espera, tenía esperanza que la secretaría de Salud resolviera los problemas principales: dotación de aires acondicionados, insumos médicos, equipos y vigilancia.
Y es que desde hace cuatro meses el centro de salud ha sido víctima del hampa. Delincuentes dejaron sin aire acondicionado el quirófano, hospitalización de niños y adultos, trauma shock, emergencia, laboratorio y rayos x.
Sumado al problema hay robos internos. Se han llevado el nebulizador para hacer terapias, equipos de laringoscopio y ORL, la batería de la única ambulancia que poseen se la robaron hace una semana del estacionamiento.
Guerere destacó que la única vigilancia con la que cuentan es con la reserva y no portan armamento. Han sido testigos de como los ladrones se roban los aires acondicionados y no pueden hacer nada. Se quejó además de la falta de patrullaje por parte de la policía municipal y el CPBEZ. “Estamos a la merced de la delincuencia, necesitamos apoyo”.
Escasez y enfrentamiento
Médicos y enfermeros son víctimas de las reacciones de los usuarios cada vez que les manifiestan que no hay insumos. Reciben desde insultos hasta golpes. “Los pacientes que vienen quieren atención de primera y no se la podemos dar, entonces amenazan al personal”.
Los pacientes que necesitan ser operados son remitidos al Hospital Adolfo D´Empaire de Cabimas. En el centro de salud no hay ni soluciones fisiológicas. Los ascensores están dañados desde hace seis meses y hasta las bombonas de oxígeno las deben subir por las escaleras. “No se apiadan de un paciente enfermo que tiene que subir por unas escaleras o los deben cargar en las sillas de rueda”.
Hasta el incinerador de placentas está fuera de servicio desde hace dos años, por lo que tienen que esperar que pase el aseo urbano para botarlas. Las mismas son colocadas sobre la capota de una vieja ambulancia mientras transcurren hasta cinco días que pase el camión.
El techo de la sala de espera también está a punto de desplomarse y en la emergencia hay un bote de aguas negras. María Padrón, médico, denunció además que no cuentan con cuartos de descansos confortables, tienen goteras, las literas no tienen colchón. Se las ingenian para llevar colchonetas y “medio descansar” en el piso.
Los usuarios confirman las quejas de los médicos. Martha Olivares, calificó la atención como pésima, todo lo que necesita cada vez que va lo tiene que comprar. Ubaldo Jiménez, habitante del sector Los Jobitos, ayer en la mañana no pudo hacerse un cura porque no tenían gasas.
El personal del hospital aseguró que mantendrán la manifestación hasta que haya una respuesta positiva del Gobierno regional. “Desde hace 12 años el segundo piso del hospital está cerrado, con eso carecemos de treinta camas y contamos sólo con 36, creo que reinaugurando esa área y dotándonos de aires podemos ir mejorando el servicio”, agregó el director del hospital.