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La avenida 34 del sector 26 de Julio se convirtió en escenario del crimen que cometió Johan Núñez. La presencia del hijastro de nueve años ni la de los vecinos lo intimidó para no sacar el arma y desenfundarla sin piedad contra Yoleida Josefina Bracho, de 40. Su pareja y madre de su hijo de siete años.
Eran las 7.30 de la noche del sábado. Él llegó y discutió con la mujer con quien vivió los últimos 10 años de su vida. En medio de las palabras, el hombre le pidió las llaves del apartamento ubicado en la avenida 51, que recibieron hace dos años por parte de la misión Vivienda.
“Yoleida repetía: ‘¡Estoy harta, mátame si quieres! Siempre me amenazas con lo mismo!'”, comentó Ana Flores, una de las vecinas de Yoleida. La mujer se convirtió en una testigo fiel del crimen pasional. “Él sacó una pistola y ella se asustó y corrió. Le disparó por la espalda. Todos corrimos. Después le dio dos tiros más y la mató”.
La mujer siguió contando episodio por episodio. “El primer disparo fue por la espalda, malherida la volteó y le dio otro en el pecho y uno en la barriga. Corrimos para salvar nuestras vidas”. Johan luego de cometer el crimen corrió hasta el interior de su casa y se llevó a la fuerza a su hijo. Apuntó a un vecino que estaba cerca y lo obligó a llevarlo a un lugar que hasta ahora es desconocido por las autoridades policiales. Sin pistas del paradero de los dos hombres y el niño.
Violencia
Gloria Bracho, hermana de la fallecida, dijo que buscaron al asesino en la casa de un hermano, pero no lo localizaron. “Es un enfermo mental, siempre golpeaba a mi hermana y la mantenía viviendo en zozobra. Él la había intentado matar en otras ocasiones. Un 31 de diciembre le quemó la casa con los tres hijos adentro. Los vecinos lograron sacarlos con vida y apagar el fuego. En otra oportunidad le dio seis puñaladas y la violó. Por eso estuvo tres meses preso y estaba ahora bajo una medida cautelar y con régimen de presentación periódico que incumplía”.