Diálogo indispensable

Es preciso el acuerdo que permita al Ministerio de Educación Universitaria planificar la mejor gestión e inversión de los presupuestos a mediano plazo

Crece la incertidumbre en las universidades venezolanas al acercarse el reinicio de clases. Sin embargo, se mantienen las esperanzas de concretar el diálogo entre el Gobierno nacional y la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv), como ruta segura para el retorno a las aulas.

Gobierno y gremio deben coincidir en una visión equilibrada de lo que esperan con relación a los escenarios del país, de los sectores prioritarios para la economía petrolera nacional, de la marcada inflación y de la caída del poder adquisitivo de los venezolanos.

Es preciso el acuerdo que permita al Ministerio de Educación Universitaria planificar la mejor gestión e inversión de los presupuestos a mediano plazo, con mayores posibilidades de cumplir las tareas pendientes en el sector, sin necesidad de esperar por la inyección de recursos adicionales que terminan posponiéndose y atrasando la buena marcha de las instituciones de enseñanza.

Es necesario valorar más el compromiso de las universidades, apelando al potencial de investigación, de gestión de proyectos y alternativas en campos como la salud, la ingeniería, la jurisprudencia, el desarrollo pedagógico, humanístico, científico y social.

Considero que el principal mensaje que debe generar el diálogo entre Gobierno y Fapuv no debe ser otro que el reconocimiento que el Estado debe hacer a la importancia de la labor universitaria. Un reconocimiento que supere lo salarial, en razón de la fuerza innovadora y esencial del docente universitario en el sistema integral de enseñanza.

Es sorprendente la cantidad de proyectos y alternativas que necesita el país y que las universidades pueden generar, compartir y expandir de lograrse la vinculación más flexible con los diferentes niveles de Gobierno, nacional, regional y local.

Las universidades merecen ese voto de confianza, así como la suficiente autonomía en la gestión del saber y en el desarrollo de la investigación científica porque la educación no puede asumirse como una línea de montaje para la fabricación de profesionales. Todo lo contrario, es el proceso más importante para la formación de ciudadanos identificados con el país y sus necesidades; con valores y habilidades para el cambio de nuestra sociedad.

Esta es la misión fundamental de las universidades para hacer de la educación la llave que abra mejores destinos y oportunidades para los ciudadanos.

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