Hoy día, el Dakazo es el fraude, el engaño más brutal que se pueda haber cometido contra un pueblo para buscar favores electorales
Los estados de excepción decretados en varios estados del país, y el famoso Dakazo de semans antes de las elecciones municipales del año 2013, tienen el mismo fin: tratar de voltear la torta en favor del Gobierno ante la opinión pública.
Recordemos brevemente la historia de la farsa revolucionaria: El 8 de noviembre del año 2013, faltando apenas cuatro semanas para las elecciones de Alcaldes y Concejales, Maduro, acosado por la impopularidad, se tiró el famoso Dakazo. En cadena nacional ordenó la ocupación de las tiendas Daka en todo el país y que todos los precios de los electrodomésticos se colocaran en “precios justos”: “Que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes. Ya basta”. Y los anaqueles quedaron vacíos.
Para el momento de El Dakazo, Maduro había perdido 15 puntos de popularidad desde el 14 de abril de 2013, fecha de la elección presidencial. Los números de la encuestadora IVAD revelaban que siete de cada 10 venezolanos evaluaban negativamente la situación del país. Los candidatos del PSUV parecían enfilarse a una derrota política en las elecciones municipales de diciembre 2013. Pero los resultados fueron muy distintos.
Muchos comerciantes fueron obligados a vender sus mercancías por debajo del precio de costo y, sencillamente, quedaron arruinados. La promesa fue que serían repuesto los electrodomésticos en plazo perentorio. Jamás llegaron.
Hoy día, el Dakazo es el fraude, el engaño más brutal que se pueda haber cometido contra un pueblo para buscar favores electorales, como los que consiguió Maduro en las elecciones municipales de ese año 2013. Una nevera, que entonces costaba menos de 20 mil bolívares, hoy cuesta 300 mil. Un acondicionador de aire, cuesta por el orden de los 300 a 400 mil bolívares, y así por el estilo. Hoy, muy pocos tienen acceso a un electrodoméstico.
El nuevo Dakazo de estos tiempos, cuando Maduro está acabado y la revolución también, porque tienen el rechazo de más del 90 por ciento de la nación, son los estados de excepción, casualmente decretados a menos de dos meses de las elecciones parlamentarias, con lo cual pretenden hacer ver que la escasez es producto del contrabando y no de la falta de divisas para importar los insumos que requieren las empresas para procesar los alimentos y otros enseres del hogar y al mismo tiempo crearle problemas a la oposición en los estados con régimen de excepción. Pero no les va a funcionar. El pueblo se cansó. Está hastiado.