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El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, responsabilizó ayer a Arabia Saudí por la muerte en una estampida de al menos 717 personas (al menos 125 de nacionalidad iraní) que participaban en la tradicional peregrinación religiosa musulmana del "hach" en las afueras de la ciudad saudí de La Meca.
"El Gobierno saudí está obligado a asumir su gran responsabilidad en este amargo incidente y cumplir con sus obligaciones conforme con el imperio de la Justicia y la Equidad", dijo Jameneí en un mensaje difundido en su página web.
Jameneí, clérigo chiíta, apuntó que "la mala gestión e inapropiadas medidas" tomadas por las autoridades saudíes "fueron factores que provocaron esta tragedia y no deben pasarse por alto".
La máxima figura religiosa y política iraní pidió a los representantes y autoridades del país que pongan toda su capacidad y esfuerzo en curar a los heridos y en reconocer a los fallecidos de nacionalidad iraní, así como para ayudar en lo posible a los musulmanes de otros países.
Al menos 717 personas murieron y 863 resultaron heridas cuando dos olas de peregrinos chocaron en una intersección cuando se movían en dirección opuesta ayer, el tercer día del peregrinaje.
Hossesin Amir Abdollahian, vicecanciller iraní, dijo que su ministerio convocó al representante saudí en Teherán para entregarle una protesta por lo que llamó"`una actuación inadecuada de las autoridades saudíes" en el incidente.