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Rosa, Valdeblanquez, secretaria de Asuntos Indígenas de la Gobernación de La Guajira colombiana, informó en entrevista con La Verdad que el “Gobierno departamental le solicitó al Gobierno nacional (colombiano) les subsidiara productos no perecederos para que las personas puedan tener fácil acceso y no sea demasiado costoso, porque en La Guajira no hay mucha generación de empleo y por la falta de agua no se ha podido sembrar como antes lo hacían”.
Por orden del presidente Juan Manuel Santos los rubros serán para la Alta Guajira. Se atenderán comunidades wayuu que “ancestralmente” están vinculadas al comercio con Venezuela. Hasta la fecha en Colombia no hay un censo concluido. “Lo está manejando la Secretaría de Gobierno departamental. Estamos hablando de nueve corregimientos. Unas siete u ocho mil familias”, precisa Valdeblanquez.
En paralelo hay un programa de alimentación nutricional para la zona de Guajira. “Se están atendiendo tres mil familias”. Y se ejecuta un plan de construcción y recuperación de molinos de vientos, y de pozos profundos para asegurar el agua potable a los indígenas, a través de la unidad de Riesgo colombiana. Mientras se distribuye en camiones cisternas ante la sequía que azota la zona. Se proyecta la activación de granjas para el autoconsumo tras concretar la garantía de suministro de agua potable en la Alta Guajira. Mientras llegan las “soluciones radicales”, acotó.
Desde la Secretaría de Asuntos Indígenas de Colombia cuestionan que detrás de quienes se dedican al ilícito del contrabando estén los wayuu. “Hay alguien que no es indígena. Las autoridades tradicionales como los palabreros los están formando para cambiar su forma vida, de ser traficantes cambien por algo mucho mejor”.