Y el  queso que había… 

Hasta el Ministerio de Alimentación, de Comercio y de Agricultura y Tierras se elevan las peticiones, porque este gobierno, «hasta el queso que había en la mesa, también se lo comió»

En las tardes, al ocultarse el sol, a la hora de cenar, mi hogar era todo un gran festín, feliz y bullicioso, mi madre asaba aproximadamente de 30 a 40 plátanos, entre verdes y maduros, sirviendo un  pailón con una montaña de queso rayado del tamaño del Himalaya, quedábamos entregados por completo al culto casi sagrado de comer queso de manera amplia y suculenta, sin ningún tipo de prejuicio social, alimenticio o digestivo. Eran instantes de agasajos permanentes, descomplicados, alegres y movidos, donde bastaba para ser dichosos que nos sentáramos a comer en familia y comer quesito blanco, semiduro de la fincas surlaguenses.

Hoy para quienes no podríamos vivir sin la nutritiva colaboración de un buen queso, la situación sería totalmente opuesta, supeditada al prejuicio económico, determinante y alarmante, debido a que desde que se inició este año, el kilogramo de queso se ubicaba en 500 y 600 bolívares, en la actualidad ha llegado alcanzar 800, 900 y mil 500 bolívares, lo que significa un incremento de más del 100 por ciento en comparación con el año pasado, sin embargo para los revendedores, las ventas se mantienen algo estables, pero  los consumidores se quejan del continuo incremento que sufre este alimento lácteo.

La escasez del producto evidencia uno de los factores por las que este rico manjar sube indiscriminadamente de precio. La ausencia de leche como materia prima es un aspecto fundamental para la escalada de los costos. Las ventas de los comerciantes disminuyen significativamente, en virtud de que el poder adquisitivo de los clientes no es suficiente para comprar la misma cantidad de queso que podían adquirir anteriormente.               

La Asociación Nacional de Industriales de Queso, Aniqueso, sostiene que la falta de rebaño de leche y la consecuencia inmediata con la baja disponibilidad de leche cruda a puerta de corral afecta la industria quesera en los mercados. Cerca de 25 por ciento se ubica la caída. Un retroceso, derivado, tanto por los efectos climáticos, como por la necesidad de aplicar políticas de fomento para una pronta recuperación del insumo alimenticio, igualmente el Gobierno venezolano no ha cumplido con la responsabilidad de autorizar y aprobar divisas para la importación de insumos y bienes relacionados a la alimentación, adeudando cifras millonarias a los proveedores e industriales. 

Una proyección de tres mil millones de litros diarios requieren las queseras industrializadas para asegurar el alimento a las familias venezolanas, según datos del INE, 90 por ciento de los hogares come queso, aquí en el Zulia, 80 por ciento del ordeño se destina a elaborar quesito en su diversas tipologías. Rectificar este acontecer para asegurar acuerdos efectivos está en la discusión de prioridades, hasta el Ministerio de Alimentación, de Comercio y de Agricultura y Tierras se elevan las peticiones, porque este gobierno, «hasta el queso que había en la mesa, también se lo comió».

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