Las autoridades indicaron que los homicidas del comerciante tenían a dos compinches vigilando la llegada de su víctima, para ellos atacar
A Enrique José Coba Méndez (32) lo acribillaron dos sicarios que iban en un Mazda 323 por las calles del barrio Libertad a las 7.00 de la noche. El occiso estaba en las inmediaciones de una gallera, detrás del albergue de Sabaneta, compartiendo con su padre y tres de sus amigos.
La autoridades indicaron que luego de la primera investigación, se tuvo conocimiento de que dos cómplices de los sicarios estuvieron horas antes de cometer el crimen rondando las calles de la barriada, esperando la presencia de Coba. Cuando vieron que su víctima se encontraba en la zona, notificaron a los pistoleros, quienes se bajaron del vehículo, sacaron sus armas y le detonaron múltiples disparos a Enrique. Los delincuentes escaparon rápidamente del sector, en cuanto se cercioraron de que el cuerpo cayó sin signos vitales sobre el pavimento.
Los amigos de Coba resultaron ilesos durante el tiroteo, pero el padre de Coba recibió un disparo en la nariz, puesto que al ver la actuación en contra de su hijo, tomó una botella de cerveza y se la lanzó a uno de los malhechores, hiriéndolo en el rostro. Al progenitor de la víctima lo trasladaron sus parientes hacia un centro de salud cercano, donde se recupera.
Trascendió que el occiso era propietario de una banca de caballos y, aparentemente, tenía deudas, que son manejadas como móvil del crimen, pues no estaba solicitado por la Policía científica.