La recta de Francisco Rodríguez no es la misma que en 2007, por ejemplo, cuando promedió 95.1 millas por hora. Con el tiempo, esa alta velocidad mermó hasta llegar a 90.5 esta temporada
La recta de Francisco Rodríguez no es la misma que en 2007, por ejemplo, cuando promedió 95.1 millas por hora. Con el tiempo, esa alta velocidad mermó hasta llegar a 90.5 esta temporada, cifra que lo obliga a valerse de otras armas en su repertorio, como su casi infalible cambio de velocidad.
Ese pitcheo, ahora principal en su arsenal, se convirtió en su herramienta para sacar del camino a los bateadores. Cuando lo utilizó en 2015 para terminar un turno, en 113 oportunidades, los rivales ligaron para porcentaje ofensivo de .097 (113-11) y se poncharon 43 veces, con solo un extrabase (jonrón). Esas estadísticas mejoraron en comparación a 2014, cuando tuvieron average de .155 (110-17) y abanicaron en 49 ocasiones.
“Algunos muchachos tiran 95 millas por hora y parece que fueran 90. Otros tiran 90 y parece de 95”, dijo el mánager de los Tigres de Detroit, Brad Ausmus, sobre el “Kid”, quien recientemente pasó a los felinos en un canje. “Cuando miro a ‘Frankie’ (Rodríguez), veo un poco de Trevor Hoffman, un hombre que empezó tirando 95 y luego se inclinó hacia su cambio. Ambos tienen tremendos cambios, hacen fallar”.
Los “mata”
Con ese envío, que baja a 83.6 millas, el experimentado derecho obligó a sus oponentes a fallar el 40 por ciento de las veces que hicieron swing. Únicamente hicieron contacto fuerte en cinco por ciento del total de turnos al bate según Fangraphs.
“Tuve el chance de poder aprender a lanzar”, declaró Rodríguez al Detroit Free Press. “Eso es un gran beneficio y es algo que está funcionando por mí ahora, tarde en mi carrera”.