Para conmemorar el primer año de su muerte hoy se realizarán eucaristías en la capilla del cementerio San José, la Casa de la Misericordia y la iglesia San José. Desde su llegada a Maracaibo entregó su vida en beneficio de los demás
Hoy se cumple un año de la muerte de la hermana Francisca, pero su legado de trabajo, humildad y devoción por ayudar a los más necesitados permanece entre los pasillos de la Casa de la Misericordia, donde durante años se enfocó en proporcionar ayuda a quien más lo necesitara.
Desde su llegada a Maracaibo en 1975 procedente de su natal Colombia entregó su vida en beneficio de los demás, desde entonces ese amor al prójimo que tanto profesó se extendió hasta después de su muerte.
A pesar de su ausencia, el personal que trabaja con tesón asegura que “Francisquita”, como cariñosamente era conocida, aún intercede ante Dios para no abandonar la obra que instauró la hermana hace 29 años.
La hermana Marina Mendoza, perteneciente a la Congregación de las Dominicas de la Presentación y encargada de la Casa de la Misericordia, comentó que si bien la gente ha sentido la ausencia de la hermana Francisca, cree que ella sigue trabajando «desde el cielo» para que nunca falten las donaciones.
“Este año fue admirable que a pesar de la situación tan crítica que estamos viviendo en el país se logró el objetivo final. Pienso que la intercesión de ella, la hermana, es muy eficaz para todo lo que se ha logrado y esperamos que sigamos adelante”.
Legado imperturbable
La hermana Marina, recalcó que la Casa de la Misericordia es una obra de Dios y como tal permanecerá inmutable en el tiempo, comentó que la espiritualidad de Ana Josefa Tobón Arbeláez, mejor conocida como la hermana Francisca de los Ángeles, permite cumplir con los más necesitados.
“’Francisquita’ fue una persona tan espiritual y tan humana que se abrió y depositó en la gente todo su amor y se preocupó no solo por dar de comer o de ayudar, sino que lo más grande de esta obra no es solo dar a la gente sino tratar de abrir el corazón de las personas porque esto se sostiene gracias a la solidaridad de muchas instituciones y muchas personas”.
Aseguró que la religiosa es ahora “más poderosa” porque toda su vida fue de ser intermediaria por los pecadores, los pobres, necesitados, por lo que tienen para que den y ella “ahora sigue intercediendo para que su obra continúe”.
Servicio de vida
Carmen Suárez, tiene 31 años trabajando en la obra de la Casa de la Misericordia desde el inicio de la misión junto a la hermana Francisca, agradeció a Dios la experiencia de participar junto a la religiosa durante tantos años de labor.
Reveló que pensó que las donaciones disminuirían tras la muerte de la hermana, sin embargo, aseguró que fue al revés, comentó que ha sido un año excelente para la casa.
Pidió a los seguidores de la obra, oraciones para continuar trabajando con fortaleza, «nosotros aquí siempre tenemos una palabra de alivio, un buen recibimiento, todo lo necesario, eso es la Casa de la Misericordia y es lo que queremos plasmar, lo que la hermana nos enseñó».
Trabajo pendiente
La hermana Marina, encargada de la casa, indicó que necesitan ayuda para terminar los trabajos de construcción de un salón, explicó que tras el incremento en los materiales la obra se paralizó hace meses, resaltó que solo cuentan con bloques y necesitan los demás materiales. Además necesitan materiales didácticos para los próximos proyectos de la casa. “Necesitamos máquinas de coser porque hemos dictado varios talleres a personas de bajos recursos, ya hemos hecho talleres de bisutería, de peluquería y todo lo que ayuda a la gente y pueda defenderse, para esos talleres nos cae muy bien todo lo que puedan donar”.
MISAS
Hoy a las 9.00 de la mañana se realizará una misa en la capilla del cementerio San José, igualmente a las 10.30 habrá una eucaristía en la sede de la Casa de la Misericordia y las 6.00 de la tarde se realizará otra liturgia en la iglesia San José.