lunes, diciembre 16, 2024
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Fábrica de Ministerios

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Venezuela tiene paralizada la producción en todos sus rubros, pero la capacidad creadora de Ministerios mostró una reactivación verdadera

La televisión se vio concurrida de una audiencia abultada la semana pasada. Mientras la nueva película de Star Wars batía en duelo avasallante a las cifras de récords de taquilla en EEUU, en nuestro país el espectáculo era político y la expectación se asentó en la AN. 

Los anuncios se dieron como si la realidad no fuera la de una nación desabastecida. Venezuela tiene paralizada la producción en todos sus rubros, pero la capacidad creadora de Ministerios mostró una reactivación verdadera, pues se establecieron cinco nuevos Ministerios que parecen ser un chiste emitido por una caricatura chinesca de Cartoon Network.

Lo primero fue anunciar la Vicepresidencia, recayendo en Aristóbulo Istúriz,  siendo una de sus primeras propuestas el pintar murales de su comandante supremo, como si la solución de la nación fuese lo pictórico, con una estrategia de esconder los estantes vacíos con el rostro de un Presidente fallecido.

Seguidamente anunció la creación del Ministerio de Agricultura Urbana. Traté con esfuerzo de escenificar en mi mente la funcionalidad de tal estructura y solo veía a trabajadores rompiendo las calzadas para incrustar una semilla o, siguiendo el lineamiento socialista, a gallineros verticales cayendo desplomados y muriendo la idea de forma horizontal.

Recomendaría para el Ministerio de Pesca y Acuicultura a mi amigo Pancracio, pues vive pescando resfriados a cada rato. El nuevo ministro de Banca y Finanzas seguro estaba haciendo banca sin hacer nada y le tiraron este muerto. Es experto en ingresos fiscales y ahora lo será en ingresos chavistas.

Mi mayor curiosidad y atención era para quien habían investido como ministro de Economía, ahora también Productiva. Un tal Luis Salas quien aparece en pantalla con una cara estupefacta y de paila sin estrenar; pareciera estar edificando cálculos dirigidos a establecer cuántos kilómetros hay del Ministerio al aeropuerto, para poder huir de este desastre.

Todos los Ministros tenían una catadura de extrema seriedad, como si asistiesen a un funeral y no a un acto de nombramientos ministeriales para salvar a un Gobierno en defunción. Por tal motivo extrañé en demasía al Ministerio de la Suprema Felicidad. Quizá esté muy triste por la derrota del 6-D como para nombrarlo; simplemente desistieron de la ridiculez o, tal vez ni Juan Corazón ni las payasitas Nifú Nifá aceptaron semejante rango ministerial.

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