Nelson
Tendido sobre sangre, en su cama quedó el cadáver del primer teniente, de la Guardia Nacional, Nelson Alexánder Bracamonte Zapata, de 32 años. ¿La culpa lo llevó a quitarse la vida o la esposa lo asesinó en defensa? Las investigaciones continúan, diferentes versiones se enfrentan.
En su casa sin número de las Viviendas del Sol, en el sector Santa Cruz del municipio Mara estuvo el teniente con su esposa Ana Karina Bracho Zarate (30), con quien al parecer sostuvo una discusión desde las 9.00 de la noche del pasado viernes. El castrense golpeó en reiteradas ocasiones a su pareja y esta se defendía. Se dice que la disputa inició porque este no quería regresar a su curso en Fuerte Tiuna para ascender a capitán.
Una fuente ligada a las investigaciones indicó que la riña duró mucho tiempo. Se quedaron dormidos y a las 6.00 de la mañana del sábado, la concubina despertó, tomó una pistola Smith and Wesson, nueve milímetros, del militar y le dio un tiro fulminante en el tórax, directo al corazón. La comunidad alertó a las autoridades al escuchar la detonación.
Al llegar la Guardia a la vivienda, consiguieron a Bracho llorando al lado de su esposo y tras ser interrogada declaró los hechos. Los detectives de la Policía científica de la base Guajira llegaron al lugar, estudiaron la posición del cadáver y del arma. Los policías decretaron que el hecho se trataba de un homicidio, pero las evidencias parecen demostrar otra historia, pues en su teléfono celular hallaron mensajes de texto donde se despedía de su madre y le pedía a uno de sus hermanos que cuidara de sus hijos.
Expertos en la materia aseguran que un funcionario con conocimientos en balística, que quiera suicidarse, se dispara en la cabeza para no sentir dolor. Tras llegar la furgoneta de la Policía científica taparon el cadáver y lo trasladaron hasta la morgue de Maracaibo para la autopsia de rigor.
Militar y presunto homicida
La Guardia Nacional junto a la familia del teniente señalan a la esposa, mientras que la Policía científica persiste en que el móvil del caso es el suicidio. Entre sus condiciones para establecer el móvil, es que el primer teniente era investigado por su presunta participación en la muerte de Alvices José Gómez, alias el «Catire» asesinado el pasado 14 de diciembre de 2015.
El mes pasado, Jesús Gómez, hermano del «Catire» acusó en la morgue de LUZ, a dos funcionarios del Ejército por asesinar a su pariente. Recordó que a las 2.30 de la tarde le notificaron del hecho y le contaron que a la altura del sector Paila Negra lo interceptaron para robarle su camión Silverado negro, tipo estacas, con el que transportaba frutas.
Regresaba de Sinamaica a El Moján para llevarle a un hermano, también militar, su uniforme. Al parecer, cuando el repartidor pasó por el sector La Guardia, un jefe castrense lo detuvo, le pidió que «le diera la cola a dos de sus militares». Se montaron y en la vía, le dieron un tiro en la región intercostal derecha, lo bajaron y se fueron con el vehículo.
Por este robo y homicidio, los detectives asumen que el teniente entró en un estado depresivo de culpa. Aseguran que aún faltan los resultados de comparación entre el arma con la que él murió, que no es la reglamentaria de su trabajo, con el caso del frutero.