La Organización Mundial de la Salud le asignó al zika un código, pero en Venezuela no han incluido el virus entre las enfermedades de notificación obligatoria
Cuando desperté muy temprano en la mañana era un animal cansado, fatigada, hastiada, devastada, con dolor insoportable de cabeza y huesos. Hasta el amanecer, la habitación de una sola ventana por donde entraron los inoportunos zancudos aedes agypti y aedes albopictus, el ventilador de techo en rápido movimiento, percibieron el caliente aire de la fiebre que mi cuerpo esparcía y penetraba en las paredes del cuarto. Bebí íntegro un vaso con agua fría y sentí que mi boca poseía un sabor extraño, mi piel era tan roja como un ardiente bronceado tropical, mis ojos dos lámparas encendidas llorando a la luz. “Son los síntomas del temible virus del Zika, si te picaron los mosquitos es un hecho”, dijo alguien con voz ronca y lejana. No sabía si eran las tres de la tarde del mismo día o por el contrario, eran del día siguiente o del anterior.
Mi historia es una más de los tantos casos del virus del Zika, presentados a inicios de año, multiplicándose en las emergencias hospitalarias, apoderándose y complicando la vida de los habitantes venezolanos, arropados por la angustia y la incertidumbre ante una epidemia para la cual ni siquiera existen campañas de prevención ni insumos médicos necesarios con todo y que científicamente provoca contrariedades neurológicas como la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, afectando el sistema inmunológico, y al sistema nervioso periférico. Los síntomas incluyen debilidad y sensación de hormigueo en las piernas que puede propagarse a brazos y torso, cuando se hace ascendente la parálisis puede bloquear los músculos respiratorios.
Especialistas afirman que lo más grave es que no se tiene información del Ministerio de Salud, ni se emiten boletines sanitarios desde 2014. La OMS le asignó al zika un código, pero en Venezuela no han incluido el virus entre las enfermedades de notificación obligatoria, desconociéndose cuántos casos hay y si ha habido mortalidad. En Estados Unidos se encontró la presencia del zika en tejidos de dos bebés que murieron a 24 horas de haber nacido confirmando que este virus atraviesa la barrera placentaria. Hoy más que nunca la crisis de salud se profundiza en el olvido y hasta Maduro la ignoró en la presentación de la Memoria y Cuenta, guardando silencio sepulcral ante indicadores epidemiológicos que casi matan como lo son el zika, dengue, chikunguña y malaria.