A William José Estredo lo buscaban desde el 27 de enero. Su embarcación zozobró a una milla naútica del puerto Internacional de Guaranao en Punto Fijo
En avanzado estado de descomposición hallaron el cuerpo de William José Estredo Morillo, de 37 años, en la orilla de la playa de Zapara, en el municipio insular Almirante Padilla. Los funcionarios de la Guardia Costera le notificaron a la Policía científica sobre el hallazgo. La víctima estaba sin identificar y la trasladaron hasta el Cementerio El Redondo.
Los rescatistas reportaron la novedad ayer a las 11.30 de la mañana. El cadáver lo subieron a la furgoneta forense y lo trasladaron hasta la delegación El Moján, donde realizaron chequeos breves y toma de fotografías a la víctima para su investigación. Seguidamente lo llevaron al cementerio.
Los Estredo se enteraron del hallazgo ayer al mediodía y viajaron hasta Maracaibo. Corroboraron, por la descripción de la víctima, que se trataba de su pariente, quien desapareció el 27 de enero cuando zozobró el peñero Nenito I, a una milla náutica del puerto Internacional de Guaranao en Punto Fijo, en el estado Falcón.
Búsqueda
A Estredo Morillo se lo tragó el mar a las 10.00 de la noche. A sus compañeros, José Naranjo Amaya y Carlos Amaya, los rescataron los marineros del buque Águila II, horas después de que quedaran a la deriva en las aguas del municipio Carirubana.
Los guardacostas de Punto Fijo desplegaron un operativo de búsqueda con siete lanchas. Nunca lo localizaron. Transcurrieron 48 horas, el tiempo establecido para encontrar un cuerpo en alta mar, y desistieron.
María del Carmen Estredo, tía del desaparecido, denunció al diario digital Cactus24 que los rescatistas no hicieron lo necesario para hallar a su pariente. “Nos dijeron que los barcos estaban averiados o no se podían sacar porque se necesitaba autorización de Fiscalía”.
La familia no desistió. Quería encontrar a William. Sus ruegos los escucharon y ayer al mediodía tuvieron respuesta. Aunque no habían visto el cadáver corroboraron a Notifalcón que se trataba de su pariente por la ropa de la víctima y porque lo intuían en el corazón.